Cada vez son más los delincuentes que aprovechan la sensación de miedo e inseguridad existente en México y las facilidades de la tecnología para extorsionar a las personas, tras obtener información con engaños o a través de las redes sociales.
'La gente que sabe cómo utilizar la información la centraliza y utiliza el teléfono para poder amenazar, extorsionar o hacer algún tipo de acción ilegal contra esa persona', explicó a Efe el experto en Seguridad Pública Pablo Monsalvo.
Extorsiones como la sufrida por el grupo musical español Delorean, quienes durante 30 horas estuvieron secuestrados virtualmente en México por unos delincuentes que trataron de convencerles de que los iban a matar si sus familias en España no reunían una cantidad de dinero.
'Utilizan las distintas páginas de internet para localizar los datos, la fotografía, la edad, el domicilio, los familiares (...) o la información de tarjetas de crédito, de agencias hipotecarias, de bancos, de empresas con archivos de datos personales', que 'muchas veces son robados o vendidos, indicó.
Y estos delitos, además, son muy difíciles de cuantificar porque la mayoría de las veces la gente no los denuncia.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) estimó recientemente a partir de una encuesta sobre percepción de seguridad pública que en el 2012 se produjeron en México 105.682 secuestros, incluidos los llamados 'exprés', una cifra que supera por mucho las 1.317 denuncias por este delito realizadas ante las fiscalías.
Aunque no se conocen detalles concretos sobre lo sucedido a Delorean, sí se sabe que los músicos recibieron una llamada en la que les pidieron que se trasladaran a un hotel cercano al que estaban y fue ahí cuando comenzó su pesadilla.
Tras ser liberados de este rapto que en realidad no existió, los integrantes de la banda explicaron en un comunicado que sufrieron 'una situación de terror que de virtual tiene bien poco'.
'Las amenazas de muerte eran absolutamente reales debido, fundamentalmente, a la manipulación psicológica de la que son capaces los captores, auténticos profesionales del secuestro', señalaron.
'El miedo se ha venido acumulando' no solo en lo que al crimen organizado se refiere, sino 'también al crimen común', dijo a Efe el experto René Jiménez, miembro del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Explicó que existen varias modalidades de 'secuestro virtual', pero la más común es la que a través de 'un lloriqueo o grito de '¡mamá, papá, me están secuestrando!'' te exigen una cantidad de dinero, cuando 'en la realidad no está sucediendo el secuestro'.
'Lo primero que tienes que hacer es no creerlo y tratar de localizar a la persona y certificar que está bien', sugirió el experto, quien contó que secuestros como el de Delorean probablemente se habrían acabado con colgar el teléfono.
Los familiares de los músicos que recibieron la llamada de extorsión fueron los que no confiaron y se atrevieron a ir a la Ertzaintza (policía del País Vasco) para interponer una denuncia y gracias a esta el 'secuestro virtual' pudo acabar sin pagarse el rescate.
Este secuestro se suma al que afectó a un empresario catalán, a finales de septiembre pasado, quien también recibió amenazas cuando se encontraba en la ciudad central de Querétaro.
En ese caso, el empresario fue amenazado por personas que se hicieron pasar por integrantes del cártel mexicano de Los Zetas, pidieron un millón de pesos (unos 60.000 euros) a un pariente y lo obligaron a permanecer en un hotel hasta recibir el rescate.
En opinión de ambos expertos, la proliferación de estos secuestros se debe a que la autoridad no ha dimensionado el significado de estos nuevos delitos y no cuenta con la capacidad para investigar el campo de la cibernética.
Además, tampoco existen barreras para el manejo de información pública en las redes sociales, por lo que cualquiera puede aprovecharse del exceso de confianza de algunos, unir las piezas de información y formar el puzzle de la vida de una persona para ir sobre ella.
Secuestro Virtual
Este nuevo tipo de delito que se presenta en distintos países de Latinoamérica se caracteriza por ser una estafa extorsiva mediante el engaño. A diferencia del secuestro convencional, se utiliza una puesta en escena para obtener dinero.
Tipo 1
Mediante mentiras, los delincuentes convencen a la víctima de dirigirse a un lugar alejado e incomunicado. De esta manera, los estafadores engañan a los parientes haciéndoles creer que la persona ha sido secuestrada.
Tipo 2
Consiste en contactar a un potencial secuestrado para hacerle creer que hay alguien vigilándolo y que debe obedecer algunas indicaciones bajo amenaza.
Después, se dice a las víctimas que no deben salir de sus habitaciones, que dejen sus móviles a una persona extraña o que los destruyan. Luego se hace preguntas de tipo personal que sirven para llamar a los familiares y reclamar el rescate.
Tipo 3
Los criminales abordan a personas, generalmente adolescentes, a la entrada del cine o del teatro. Se presentan como encuestadores o como organizadores de algún sorteo para hacerles preguntas y obtener datos personales.
Cuando la víctima ingresó a la sala, llaman a la familia y comienzan la extorsión, asegurando que tienen secuestrado al joven.
Tipo 4
En este caso, los supuestos captores se ponen directamente en contacto con una persona para convencerla de que han secuestrado a un familiar. Los delincuentes apelan a su capacidad de persuasión para evitar que la víctima llame a un familiar para contrastar la versión del secuestro. La mayoría de los casos, los secuestros virtuales se realizan íntegramente desde las cárceles, con algún apoyo externo.