Brasília.
Brasil empieza a dejar atrás la gran fiesta y catarsis colectiva que representaron los Juegos Olímpicos y se concentra en el juicio político contra la presidenta suspendida Dilma Rousseff, cuya fase final comenzará este jueves 25.
Durante los últimos días, el mayor evento deportivo del planeta, celebrado en Río de Janeiro, acaparó la atención de los brasileños, que en su mayoría optaron por el pasatiempo olímpico y dejaron de lado la severa crisis económica y política del país. Pero el proceso contra la mandataria ha avanzado sin pausas, no ha respetado la “tregua olímpica”, y en medio de la distracción ha llegado a su fase definitiva, en la que finalmente se decidirá la suerte de Dilma y, con ello, la del presidente interino Michel Temer.
Acusada de maquillar las cuentas públicas, Rousseff insiste en que es víctima de un golpe legislativo tramado por su exvice y actual archirrival, Michel Temer.
El capítulo final del proceso de destitución de Rousseff, que se arrastra desde el diciembre pasado, comenzará cuando el pleno del Senado se reúna para escuchar por última vez a los testigos de la parte acusadora y de la defensa.
Dos en el primer caso y seis en el segundo, que declararán durante dos días y luego, el lunes 29, presentará su testimonio la propia Rousseff, quien ha decidido ejercer su defensa personalmente por primera vez desde que se instauró el proceso. La decisión final será tomada en una votación que, según cálculos del Senado y la Corte Suprema, garante constitucional del proceso, deberá ocurrir entre el 30 y el 31 de agosto, pese a que no hay un plazo establecido para la conclusión del trámite.
Brasil empieza a dejar atrás la gran fiesta y catarsis colectiva que representaron los Juegos Olímpicos y se concentra en el juicio político contra la presidenta suspendida Dilma Rousseff, cuya fase final comenzará este jueves 25.
Durante los últimos días, el mayor evento deportivo del planeta, celebrado en Río de Janeiro, acaparó la atención de los brasileños, que en su mayoría optaron por el pasatiempo olímpico y dejaron de lado la severa crisis económica y política del país. Pero el proceso contra la mandataria ha avanzado sin pausas, no ha respetado la “tregua olímpica”, y en medio de la distracción ha llegado a su fase definitiva, en la que finalmente se decidirá la suerte de Dilma y, con ello, la del presidente interino Michel Temer.
Acusada de maquillar las cuentas públicas, Rousseff insiste en que es víctima de un golpe legislativo tramado por su exvice y actual archirrival, Michel Temer.
El capítulo final del proceso de destitución de Rousseff, que se arrastra desde el diciembre pasado, comenzará cuando el pleno del Senado se reúna para escuchar por última vez a los testigos de la parte acusadora y de la defensa.
Dos en el primer caso y seis en el segundo, que declararán durante dos días y luego, el lunes 29, presentará su testimonio la propia Rousseff, quien ha decidido ejercer su defensa personalmente por primera vez desde que se instauró el proceso. La decisión final será tomada en una votación que, según cálculos del Senado y la Corte Suprema, garante constitucional del proceso, deberá ocurrir entre el 30 y el 31 de agosto, pese a que no hay un plazo establecido para la conclusión del trámite.