Las inundaciones “sin precedentes” causadas por lluvias torrenciales en el sur de Estados Unidos dejaron tres personas muertas y unos 11,000 damnificados, mientras que millones de personas en la costa este sufren por altas temperaturas, informaron ayer medios locales.
La anegación en zonas del sureste de Luisiana y Misisipi provocó derrumbes en algunas carreteras debido a un sistema de baja presión que se mueve al oeste a lo largo de la costa del Golfo.
Ríos y corrientes de agua se desbordaron, indicó el Servicio Nacional Meteorológico.
Tres personas fallecieron el viernes a consecuencia de las inundaciones. Uno de ellos, un hombre, se ahogó cuando trataba de escapar de la inundación en el pueblo de Zachary, cerca de Baton Rouge, capital de Luisiana, según la televisora local WAFB.
El nivel del agua por las lluvias subió en el área entre 25.4 y 38.1 centímetros, según David Roth, meteorólogo del Servicio Nacional de Meteorología. Se esperan otros 25.4 centímetros de agua para los próximos dos días.
El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, declaró el estado de emergencia.
Más tormentas
Layton Ricks, presidente de una parroquia de Livingston, dijo a reporteros que se está “experimentando una de las peores tormentas jamás registrada aquí, con inundaciones repentinas”.
La amenaza de lluvia puede extenderse hacia el oeste, con “al menos un ligero riesgo de inundaciones repentinas sobre una gran área de las planicies del sur a los valles de Ohio y Misisipi y hasta el noreste”, indicó.
Según el gobernador, se ha rescatado a unas 7,000 personas y más de 5,000 habitantes del estado tuvieron que pasar la última noche en refugios después de que se inundaran miles de viviendas.
Alrededor de 1,700 agentes de la Guardia Nacional seguían desplegados ayer en todo el estado para tareas de búsqueda y rescate de cientos de personas atrapadas en sus casas.