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Sirios en México: Una oportunidad a los estudiantes refugiados

  • 20 junio 2016 /

Al menos 30 estudiantes sirios serán acogidos en México donde continuarán sus estudios universitarios.

Ciudad de México.

Jakd Mohamed se graduó de la secundaria en 2011, cuando iniciaba la guerra civil en Siria. Pensando que terminaría pronto el conflicto, comenzó la carrera de Economía. Pero cuando iba a clases, el sonido que lo acompañaba era de misiles. Un día, uno de ellos cayó cerca de su casa.

Fue forzado a abandonar sus estudios y, dos años después de huir de su hogar para refugiarse en la vecina Irak, todavía no ha podido reanudarlos.

Lo mismo sucedió con Silva Hassan Nham, de 20 años de edad. Quería estudiar Letras Inglesas, pero ni siquiera pudo empezar el primer semestre en la universidad. En verano de 2013, su familia se trasladó al campamento de refugiados de Dumez, donde los únicos libros de texto que hay son de nivel primaria.

Y como ellos, hay millones más.

'Han sido cinco años de guerra y matanzas. Están los sirios que no completaron sus estudios, además de miles de heridos, discapacitados, desaparecidos. Muchos más hogares y hospitales destruidos. Necesitamos empezar a planear la construcción de una nueva Siria', cuenta Jakd desde el campamento de Dumez, en la ciudad iraquí de Dohuk.

Una iniciativa de estudiantes mexicanos busca justo eso: que jóvenes como Jakd y Silva puedan reanudar sus vidas escolares en México.

Refugiados
Según la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidos para los Refugiados (ACNUR), Siria es el principal país de origen de personas desplazadas -7.6 millones- y de refugiadas -4 millones hasta principios de julio.
Se trata del Proyecto Habesha, con el que sirios de entre 18 y 26 años de edad recibirán una beca completa, seguro médico y fondos de manutención para renta y comida de alrededor de 4.5 salarios mínimos mensualmente.

La financiación del Proyecto es privada, aunque también cuenta con una fondeadora y con el apoyo de universidades como la Ibero, la UVM y la Universidad Panamericana de Aguascalientes, de cuyos estudiantes surgió la idea.

'Cuando hay una crisis de esta magnitud, la primera intervención internacional responde a las necesidades básicas: ¿hay comida, medicinas? Quieres que la gente sobreviva. Pero cuando el conflicto se prolonga, para una población que está en este marco de formación -niños y adolescentes- implica que hay, en buena medida, una generación perdida', señala Camila Pastor, profesora investigadora del CIDE, que ayudó en el proceso de selección de los sirios que viajarán a México.

El Proyecto se financia con donaciones privadas y está siendo divulgado en redes sociales con el hashtag #EnMexicoSePuede.

'Es una oportunidad. Yo, al menos, después de intentos fallidos de regresar a estudiar, siento que me sacó de un hoyo negro', dice Jakd, quien planea estudiar Medicina una vez que se establezca en México.

El saldo de la guerra civil siria es tal que, en cuatro años, ha desatado la peor crisis de refugiados en la historia; peor, incluso, que en la Segunda Guerra Mundial.

País receptor

México tiene un amplio historial de recibir a refugiados, ya sean los españoles que huían de la Guerra Civil, europeos perseguidos durante la Segunda Guerra Mundial o sudamericanos que escapaban de dictaduras en los años 70 y 80.

Foto: La Prensa

En las redes sociales la iniciativa se promueve con el hashtag En México se puede.
Varios de los seleccionados están actualmente viviendo en campos de refugiados en zonas peligrosas, como Dohuk y Erbil en la región kurda de Irak, que está bajo asedio de los extremistas del autonombrado Estado Islámico.

Según medios locales, uno de los refugiados preseleccionados para viajar a México mientras falleció cuando una bomba explotó cerca de su casa.

Es en este contexto que seis de los 30 sirios seleccionados por Habesha -los que más están en peligro por todavía encontrarse en zonas de conflicto- llegarán en agosto próximo para empezar cursos propedéuticos de español y cultura mexicana.

Durante esos primeros meses, se hospedarán con familias hidrocálidas.

A la espera de los primeros estudiantes, los colaboradores todavía no saben si el Proyecto podría llegar a crecer para dar refugio a 30 sirios más o, incluso, a personas afectadas por otros conflictos como las guerras sectarias en Sudán del Sur o República Centroafricana.