Las autoridades italianas mostraron hoy una carta original de Cristóbal Colón escrita en 1493 con detalles del descubrimiento del 'Nuevo Mundo' recuperada tras ser robada en Italia sin que se advirtiera el hurto y vendida en Estados Unidos.
Ni expertos ni autoridades se habían dado cuenta, como admitieron hoy en Roma, del robo de la carta, reemplazada 'de forma sofisticada' en una biblioteca de Florencia (centro) por una falsificación y que fue a parar a la Biblioteca del Congreso estadounidense.
'Fue un robo realizado de forma sofisticada. Ha necesitado de muchas verificaciones por parte de estudiosos para demostrar que la carta de Florencia era falsa. Además, durante años nadie se había dado cuenta de que era una reproducción', explicó a la prensa el ministro italiano de Cultura, Dario Franceschini.
La carta encontrada es una de las 'entre 16 y 18 copias' que en 1493 Colón mandó imprimir para enviar a los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, con los detalles de la primera expedición capitaneada a lo que entonces se creía que eran las Indias, informó por su parte el director de la Biblioteca Riccardiana de Florencia, Fulvio Silvano Stacchetti.
Muchas veces la realidad supera la ficción y eso es lo que parece haber ocurrido en esta ocasión: la carta, que se suponía en Florencia, ha sido encontrada en Estados Unidos después de haber sido robada -se desconoce cuándo-, vendida en subasta y donada por una persona particular a la Biblioteca del Congreso en Washington.
Todo este proceso, además, fue llevado a cabo sin levantar sospechas, pues tras el robo el ladrón colocó una falsificación en el mismo lugar en el que se conservaba la carta original, en la biblioteca florentina.
Carta encontrada por la Policía Italiana escrita por Cristóbal Colón en 1493. EFE
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De esta manera, Italia recupera una carta de extraordinario valor histórico y de archivo que hasta hace poco no sabía que había perdido.
El hallazgo ha salido a la luz a raíz de otra investigación que nada tenía que ver con la misiva del descubridor de las Américas.
En 2012, la Policía italiana inició una investigación para dar con el paradero de unos libros antiguos cuya desaparición había sido denunciada por el director de la Biblioteca Nacional de Roma.
Durante las investigaciones, los carabineros comprobaron que la biblioteca romana poseía una copia falsa de una de las cartas originales de Cristóbal Colón.
El retrato de Cristobal Colón expuesto en su casa de Gran Canaria.
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Ambas cartas habían sido robadas en algún momento en el pasado y sustituidas por reproducciones muy conseguidas, aunque falsas.
Entre las pistas que llevaron a expertos a concluir que estas cartas que se encontraban en Italia no eran las auténticas se encontraban, por ejemplo, el sistema de numeración o la ausencia de un sello oficial.
'Se trataba de reproducciones fotográficas modernas impresas en papel antiguo, pero con características incompatibles respecto a la fecha en la que fue escrito el documento', apuntó el comandante de los carabineros del TPC, el general Mariano Mossa.
Comenzó entonces una exhaustiva labor de búsqueda que desembocó en Estados Unidos, concretamente en la Biblioteca del Congreso.
El ejemplar auténtico, valorado en un millón de euros (unos 1,127 millones de dólares), había sido vendido en subasta por 400.000 dólares (unos 354.910 euros), adquirido por una persona y posteriormente donado a la biblioteca estadounidense.
La carta original, que supone 'un diario de a bordo', en palabras de Stacchetti, ya se encuentra en Florencia, donde aún es necesario estudiar si será expuesta al público o conservada entre los tesoros más protegidos.
'Es llamativo que la carta ha hecho al final el mismo recorrido que hizo hace 500 años Cristóbal Colón', celebró Stacchetti, en referencia al viaje de ida y vuelta del navegante.
De las dos cartas robadas, solo la de Florencia ha sido encontrada, mientras que la Policía italiana continúa con las investigaciones para encontrar el ejemplar original de la sustraída en Roma.
Fue un robo casi perfecto, llevado a cabo 'en una época impredecible' según las autoridades y por un ladrón que hasta el momento no ha podido ser identificado lo que otorga a la historia elementos quizás dignos de un guión cinematográfico.