Asución, Paraguay.
El arzobispo de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, pidió perdón este sábado a la feligresía católica por haber permitido que un sacerdote argentino acusado de abuso de menores en 1992 en su país siguiera ejerciendo el sacerdocio en Paraguay con títulos fraguados.
'Pedimos disculpas porque somos muy inocentes. En el Paraguay confiamos demasiado en la gente, más todavía cuando es extranjera. Hay que aprender a ser más suspicaces', dijo el prelado en declaraciones a periodistas al referirse al sacerdote argentino Carlos Ibáñez Morino, denunciado en su país por abuso sexual de al menos 10 jóvenes en 1992.
Ibáñez Morino fue suspendido en sus funciones por el obispo de Córdoba, al noroeste de Buenos Aires, pero continuó ejerciendo en Paraguay con títulos falsos hasta semanas atrás, cuando fue denunciado por la prensa.
Había estado un tiempo en la cárcel capitalina de Tacumbú en 1995 pero su extradición a Argentina fue rechazada 'por defectos de forma', según fuentes judiciales.
Valenzuela aseguró que la Iglesia tiene un código de 'tolerancia cero' contra los abusadores sexuales e investiga de inmediato las denuncias antes de dar cuenta de ello a la Santa Sede.
El jefe de la Iglesia Católica paraguaya dijo que 'se buscará una solución canónica a las personas que recibieron sacramentos' de Ibáñez.
Los hechos se produjeron en la localidad de Belleville, de la diócesis de Villa María, Córdoba. Monseñor Valenzuela aclaró que el sacerdote Ibáñez se encuentra suspendido de todo ejercicio sacerdotal y reveló que falsificó documentos eclesiales y civiles.
Inclusive aparece en un lugar de destaque en las filmaciones de la misa central que ofició el papa Francisco durante su visita a Paraguay en julio del año pasado, precisó el periódico La Nación.
'Él engañó al clero y a los feligreses haciéndose pasar por verdadero sacerdote. Muchos lo conocían, pero ignoraban su suspensión canónica y sus antecedentes'.
Debido a la buena fe de algunos sacerdotes lo han invitado para celebraciones sacramentales en diversos lugares', abundó un comunicado del Arzobispado.
El pasado 23 de marzo y luego de comprobarse sus antecedentes 'se le ha repetido la suspensión prohibiéndole ejercer el ministerio sacerdotal', señaló el escrito eclesiástico.
El arzobispo de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, pidió perdón este sábado a la feligresía católica por haber permitido que un sacerdote argentino acusado de abuso de menores en 1992 en su país siguiera ejerciendo el sacerdocio en Paraguay con títulos fraguados.
'Pedimos disculpas porque somos muy inocentes. En el Paraguay confiamos demasiado en la gente, más todavía cuando es extranjera. Hay que aprender a ser más suspicaces', dijo el prelado en declaraciones a periodistas al referirse al sacerdote argentino Carlos Ibáñez Morino, denunciado en su país por abuso sexual de al menos 10 jóvenes en 1992.
Ibáñez Morino fue suspendido en sus funciones por el obispo de Córdoba, al noroeste de Buenos Aires, pero continuó ejerciendo en Paraguay con títulos falsos hasta semanas atrás, cuando fue denunciado por la prensa.
Había estado un tiempo en la cárcel capitalina de Tacumbú en 1995 pero su extradición a Argentina fue rechazada 'por defectos de forma', según fuentes judiciales.
Valenzuela aseguró que la Iglesia tiene un código de 'tolerancia cero' contra los abusadores sexuales e investiga de inmediato las denuncias antes de dar cuenta de ello a la Santa Sede.
El jefe de la Iglesia Católica paraguaya dijo que 'se buscará una solución canónica a las personas que recibieron sacramentos' de Ibáñez.
Los hechos se produjeron en la localidad de Belleville, de la diócesis de Villa María, Córdoba. Monseñor Valenzuela aclaró que el sacerdote Ibáñez se encuentra suspendido de todo ejercicio sacerdotal y reveló que falsificó documentos eclesiales y civiles.
Inclusive aparece en un lugar de destaque en las filmaciones de la misa central que ofició el papa Francisco durante su visita a Paraguay en julio del año pasado, precisó el periódico La Nación.
'Él engañó al clero y a los feligreses haciéndose pasar por verdadero sacerdote. Muchos lo conocían, pero ignoraban su suspensión canónica y sus antecedentes'.
Debido a la buena fe de algunos sacerdotes lo han invitado para celebraciones sacramentales en diversos lugares', abundó un comunicado del Arzobispado.
El pasado 23 de marzo y luego de comprobarse sus antecedentes 'se le ha repetido la suspensión prohibiéndole ejercer el ministerio sacerdotal', señaló el escrito eclesiástico.