La crisis política arrecia en Brasil. Ayer, El diario Folha de Sao Paulo publicó que recursos provenientes del esquema de corrupción en la estatal brasileña Petrobras financiaron la campaña a la reelección de la presidenta Dilma Rousseff en 2014, según una declaración a la justicia de un alto jefe empresarial.
El expresidente de la empresa brasileña Andrade Gutierrez, Otávio Marques de Azevedo, declaró a las autoridades que la constructora Andrade Gutierrez, la segunda mayor del país, realizó donaciones legales al gobernante Partido de los Trabajadores (PT) con dinero procedente del esquema de corrupción de Petrobras.
Marques de Azevedo, que actualmente está en prisión preventiva, realizó esta declaración como parte de un acuerdo de colaboración con la Justicia, que aún debe ser aprobado por el Supremo Tribunal Federal (STF), según el diario Folha. El exdirectivo, acusado de formar parte de un complejo entramado para pagar sobornos a funcionarios de la petrolera estatal mediante el uso de cuentas bancarias en el extranjero, facilitó documentos que detallaban las donaciones hechas por la firma Andrade Gutierrez al partido de Rousseff.
El abogado de la campaña de Dilma, Flavio Caetano, negó esas acusaciones y dijo a Folha que “toda la recaudación de la campaña de 2014 de la presidenta fue hecha de acuerdo a la legislación electoral en vigor”.
La publicación podría desatar un nuevo frente explosivo en la crisis que acorrala a Rousseff y al gobierno brasileño. La mandataria ya enfrenta el riesgo de un juicio de destitución, por presunto maquillaje de las cuentas públicas en 2014, y a inicios de 2015. Si el impeachment se aprueba, sería sustituida por su vicepresidente Michel Temer, contra quien la corte suprema pidió también un proceso de impeachment.
Otro impeachment
El vicepresidente de Brasil, Michel Temer, dijo el miércoles estar “espantado” por la decisión de un juez de la corte suprema de ordenar a la cámara de Diputados que estudie un pedido de impeachment en su contra.
Temer, primero en la línea de sucesión del poder, fue acusado de haber autorizado créditos incompatibles con el cumplimiento de las metas presupuestarias y sin el visto bueno del Congreso, los mismos cargos que se le imputan a la presidenta Rousseff.
La petición fue rechazada esta semana por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, que pertenece al mismo partido de Temer, el centrista PMDB.
Otro señalado
Con la posible destitución de la presidenta Rousseff y de su vicepresidente Michel Temer, Eduardo Cunha, presidente de la Cámara de Diputados, es tercero en la línea de sucesión para asumir la jefatura del Estado en Brasil. Pero ayer, el empresario Leonardo Meirelles confirmó, en una sesión del Congreso, el pago de sobornos por unos 5,1 millones de dólares dirigidos Eduardo Cunha. El presidente de los Diputados ha aprovechado su cargo para, mediante numerosos recursos y maniobras, dilatar al máximo el proceso que le abrió en octubre pasado el Consejo de Ética.
Cunha también responde en tres procesos en el Tribunal Supremo, todos ligados a la red de corrupción que operó en Petrobras.