El terrorista suicida del metro de Maelbeek en Bruselas, Khalid El Bakraoui, que el pasado martes acabó con la vida de más de una decena de personas, consiguió burlar a las autoridades al alquilar un apartamento en la ciudad belga de Charleroi bajo la identidad falsa de un ex jugador del Inter de Milán y el PSV Eindhoven.
Así lo reveló un informe antiterrorista al que tuvieron acceso medios italianos. El pasado septiembre Bakraoui firmó un contrato de alquiler por un año a nombre del futbolista Ibrahim Maaroufi, que formaba parte de un equipo del barrio bruselense de Schaerbeek, en el que operaban Khalid el Bakraoui y su hermano Ibrahim. De un apartamento en esta zona partieron en taxi los terroristas la mañana del atentado y allí encontraron más tarde las autoridades 15 kilos de explosivos y material para fabricar bombas.
Khalid también reclamó un subsidio de desempleo en persona once días antes de los atentados sin causar la más mínima alarma, pese tener una orden de busca y captura de Interpol por terrorismo emitida en diciembre.
Khalid se hizo explotar en el metro de Bruselas, matando a más de una decena de personas.
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'La última vez que le recibí fue el 11 de marzo de este año. Hablé con él entre 5 y 10 minutos. Venía a preguntar cuándo cobraría su pago (del subsidio por desempleo)', señaló a Efe la persona que le atendió en el sindicato, que responde a las iniciales M.U., pero que solicitó que no se desvelara su identidad.
Menos de dos semanas después de acudir al sindicato, el 22 de marzo, Khalid El Bakraoui se hizo estallar en la parada de metro, a escasos metros de las instituciones europeas.
Una hora antes ese mismo día, su hermano mayor Ibrahim El Bakraoui y otro terrorista, Najim Laachraoui, se suicidaron en el aeropuerto internacional de Zaventem, próximo a Bruselas.
El doble atentado ha dejado por el momento un balance de 32 víctimas mortales y más de 300 heridos.
El hecho de que once días antes de atentar Khalid estuviese reclamando el subsidio de desempleo refuerza la hipótesis de que los atentados de Bruselas se vieron precipitados por la detención el pasado 18 de marzo de Salah Abdeslam, presunto cerebro logístico de los atentados del 13-N en París, en los que fallecieron 130 personas.
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Fue el 11 de diciembre de 2015 cuando Bélgica emitió una orden de arresto europea e internacional contra Khalid por su relación con los atentados del 13-N en París, a raíz de lo cual fue incluido en la base de datos de Interpol de delincuentes buscados, que puede consultarse fácilmente en línea.
Khalid e Ibrahim, ambos de nacionalidad belga y origen marroquí, vivían en el barrio de Laeken, al noroeste de Bruselas, y tenían 27 y 30 años, respectivamente, cuando atentaron en Bruselas.
Sobre sus espaldas arrastraban una interminable lista de robos, incluidos a mano armada y un secuestro, por los que fueron condenados a diez (Ibrahim) y cinco (Khalid) años de prisión, que cumplieron solo parcialmente hasta quedar en libertad condicional. EFE