Cientos de belgas vencieron hoy el miedo y se concentraron en la Bolsa de Bruselas que se ha convertido en el lugar de homenaje a las 31 víctimas mortales en el doble atentado en la capital belga y de rechazo al terrorismo, un acto que se vio enturbiado por la irrupción de radicales de la ultraderecha.
La alfombra de flores, velas, peluches, cartas e incluso juguetes que depositan jóvenes, mayores y niños desde el martes en el suelo delante de la escalinata de la Bolsa fue de nuevo hoy escenario de un homenaje multitudinario a las víctimas de los atentados, pese a que las autoridades y los organizadores les habían instado a no acudir a la marcha contra el miedo por motivos de seguridad.
La policía estuvo en todo momento presente y un helicóptero sobrevolaba el centro de la ciudad, donde en el quinto día desde el ataque siguen incrementándose los mensajes escritos con tiza en paredes y suelo, las banderas de varios países y las personas que acuden con pancartas para transmitir al mundo que 'los terroristas no tienen humanidad y ninguna religión', 'no hay terrorismo en el islám, el islám es la paz' o 'Bruselas mi amor, no morirás'.
Los 'ultras' entonaron consignas antimusulmanas.
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El imán Essan Secundar, que gestiona varias mezquitas de la comunidad musulmana Ahmadía en Bélgica, fue la persona que mostró la pancarta de que los terroristas no tienen humanidad, y dijo que 'debemos unirnos todos contra ellos'.
Preguntado por el hecho de que los terroristas suicidas que atentaron en Bruselas eran belgas de la comunidad musulmana, el imán quiso destacar que 'no es algo de una comunidad o de un país', sino un problema que afecta a muchas otras naciones, por lo que precisamente por eso 'debemos unirnos contra esos criminales'.
A su lado, una familia marroquí, gritaba 'viva Bélgica' con pancartas expresando su 'amor' por el país en el que viven.
Irrumpen los “Belgian Hooligans”
De repente, más de cien ultras, vestidos de negro y la mayoría con las cabezas rapadas, marchan desde De Brouckere con paso firme y aceleradamente hacia la Bolsa, gritando 'Belgian Hooligans' y 'estamos en nuestra casa'.
Algunos encienden bengalas. La tensión y el susto escrito en las caras de algunos ciudadanos fue palpable de inmediato y el desconcierto reinó unos segundos.
No faltaron los saludos nazi y las cervezas en mano de los ultra.
Los neonazis se despliegan en fila delante de la alfombra de flores mirando como en un desafío hacia la escalinata de la Bolsa de enfrente, donde muchos musulmanes, entre ellos el imán y la familia marroquí con sus niñas abogaban un instante antes por la paz.
Requirió solo un minuto hasta que la ciudadanía comenzó a reaccionar y a abuchear a los ultra, tratando de elevar su voz para acallar los gritos de los hooligans.
Poco después, la mayoría de los ultra decidió 'asaltar' la escalinata y desplazar a los ciudadanos de la escalinata, hasta que al final solo quedaban ellos en los escalones de la Bolsa.
La policía tuvo que enfrentarse a los 'ultras' para restablecer el orden.
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Los antidisturbios con sus escudos y cascos y porras fueron desplegados rápidamente al lugar.
Inmediatamente rodearon a los hooligans en la escalinata y en el otro lado de la alfombra, y les desplazaron para vaciar la plaza y echarlos del lugar de homenaje a las víctimas.
La policía empleo cañones de agua para despejar la plaza ya solo repleta de neonazis. Una decena de ellos fue detenida.