El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, advirtió este jueves que su país no recibirá más migrantes cubanos y deportará a quienes ingresen ilegalmente, por lo que pidió a las autoridades de Migración y Policía reforzar la vigilancia en la frontera con Panamá.
'Para el gobierno de Costa Rica la operación de tránsito de migrantes cubanos (...) está concluida y quiero hacerles un llamado a los que se encuentran en Panamá de que no vengan a Costa Rica porque no vamos a poder atenderles como quisiéramos y como ellos se merecen', dijo el gobernante en declaraciones a la prensa.
El gobierno de Costa Rica coordinó una amplia operación para lograr el traslado hasta México de unos 7,800 cubanos varados en Costa Rica desde noviembre pasado, cuando las autoridades nicaragüenses les cerraron el paso.
Esta semana salió de San José el último de varios vuelos que durante semanas trasladaron a los isleños hasta México, de donde siguieron su viaje hasta territorio estadounidense.
Sin embargo, medios locales informaron sobre la concentración en Paso Canoas, en la frontera entre Panamá y Costa Rica, de unos 600 cubanos que pretenden ingresar a este país donde seguramente también quedarían varados, dada la rígida posición de Nicaragua sobre este tema.
Solís recordó que la atención durante casi cinco meses de miles de cubanos representó un gran esfuerzo económico para Costa Rica, 'en momentos de mucha estrechez fiscal', y que ese capítulo está cerrado.
'El gobierno no puede garantizar que si en estos momentos llegaran estos migrantes y entran irregularmente no vayan a ser deportados. No hacerlo sería entrar en un incumplimiento de nuestras obligaciones frente al pueblo de Costa Rica', apuntó.
Solís dijo que la migración cubana 'es un problema estructural' y que son las leyes migratorias de Estados Unidos las que propician ese intenso flujo migratorio, en referencia a una norma que obliga a las autoridades de ese país a recibir a los migrantes cubanos que ingresen por vía terrestre a su territorio.
El mandatario dijo que ha pedido a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que convoque a una reunión de urgencia, en la ciudad de Panamá, a las autoridades de los países involucrados en la crisis para afrontar el problema que plantea esta nueva oleada migratoria proveniente de Cuba.