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Maduro admite 'catastrófica' crisis en Venezuela

  • 15 enero 2016 /

Mandatario venezolano rindió su primer informe ante una Asamblea dominada por la oposición.

Caracas, Venezuela

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien decretó un 'estado de emergencia económica', admitió este viernes que la crisis es 'catastrófica', al rendir cuentas de su gestión ante un Parlamento de mayoría opositora que busca sacarlo del poder.

En un acto inédito en 17 años de gobierno chavista, Maduro, ataviado con su banda presidencial, comparece ante una Asamblea Nacional dominada por la oposición, que desde que se instaló hace diez días anunció que irá tras una 'vía legal' para 'cambiar el gobierno'.

Maduro, que acusa de la situación a una 'guerra económica' de la derecha, apoyada por Estados Unidos, para derrocarlo, reconoció que 'estamos en medio de la tormenta económica', ante la cual 'están confrontados dos modelos'.

'El socialista es el único, no es el modelo neoliberal que venga a privatizar (...) Tendrán que derrocarme para aprobar una ley de privatización. ¡No, no y no!', manifestó, levantando el tono, en un breve cruce de palabras con diputados opositores que lo escuchaban desde sus curules.

Poco antes de comparecer en el Parlamento, Maduro decretó el estado de 'emergencia económica', por 60 días, ante la crisis cuya gravedad confirmó el Banco Central: entre enero y septiembre de 2015 la inflación fue de 108,7% y la economía se contrajo en un 4,5%, las primeras cifras publicadas en más de un año.

'Las cifras catastróficas del resultado de una situación económica que seguramente en otros tiempos, con políticas regresivas neoliberales y capitalistas, tendrían a nuestro pueblo en el desempleo', manifestó.

Al entrar al hemiciclo, abarrotado de funcionarios de gobierno, diputados, diplomáticos y periodistas, Maduro intercambió, sonriente, un saludo con el jefe parlamentario, Henry Ramos Allup, un acérrimo antichavista.

En el laberinto económico

Para salir de lo que llamó el 'laberinto económico', Maduro decretó la 'emergencia', con lo cual el gobierno podrá disponer de bienes de empresas privadas para garantizar el abastecimiento de productos, fijar límites al ingreso y salida de moneda local en efectivo, según precisó temprano el ministro de Economía, Luis Salas.

Ramos Allup, había desacreditado de antemano el decreto. 'La crisis no es superable con este gobierno. Es un modelo fracasado', dijo el legislador, quien pone entre las prioridades de la oposición parlamentaria, además de una amnistía para presos políticos, reformas económicas.

Analistas independientes recomiendan la unificación de los tres tipos de cambio -más el del mercado negro 125 veces mayor que la tasa más baja oficial-, la eliminación del control de precios, aumentar el precio de la gasolina que es casi regalada en este país, estímulo a la inversión privada y reducción del gasto público.

Maduro anunció el decreto como un conjunto de medidas para impulsar la producción y bajar la dependencia casi total del petróleo -fuente del 96% de divisas-, que esta semana cerró en 24,38 dólares por barril, el precio más bajo en los últimos 12 años.

El país con las mayores reservas de crudo del planeta sufre un severo desabastecimiento que genera largas filas que exasperan a los venezolanos.

Crisis institucional

Maduro, que ha acusado a la oposición de querer darle un 'golpe' desde el Parlamento, destacó su llamado al respeto a la Constitución y a 'buscar no caer en la tentación de una contrarrevolución que produzca aventuras que sean lamentadas en la historia por todos'.

'Quedamos listos y dispuestos para conversar (...) cualquier otro tema que sea susceptible y necesario de conversar por la paz que nos exige Venezuela', manifestó el mandatario, conciliador desde la tribuna del hemiciclo.

La comparecencia de Maduro ante el Congreso ocurre en medio de una crisis institucional desatada tras la instalación de la nueva Asamblea Nacional.

Su asistencia estuvo en duda debido a que la justicia había declarado el lunes en 'desacato' al parlamento y anulado sus decisiones por haber juramentado a tres diputados opositores que, impugnados por el oficialismo, están suspendidos mientras son investigados por supuesto fraude electoral.

Pero la oposición debió retroceder el miércoles acatando la decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

Los analistas temen que el enfrentamiento postergue la atención de la crisis, prioridad de los venezolanos, quienes han vivido con preocupación ese primer capítulo del choque de poderes.

'Esto sigue empeorando y empeorando y ahora menos lo van a arreglar porque se están peleando por la Asamblea', dijo a la AFP Juan Molina, un vigilante de 44 años. 'Ya no sé qué va a pasar aquí', concluyó.