Ciudad de México.
Al capturar de nuevo al narcotraficante Joaquín el Chapo Guzmán, líder del cartel de Sinaloa, las autoridades mexicanas devuelven a su condición de recluso al más huidizo de sus enemigos, un hombre con astucia de mago para burlarse de todos, como hizo en dos ocasiones de dos cárceles de máxima seguridad.
Ayer elementos de la Marina y de la Policía Federal detuvieron en Los Mochis al delincuente (58), cuya leyenda adquirió toque de santidad el 11 de julio pasado al escaparse de manera surrealista por un túnel de 1.5 kilómetros conectado a la ducha de su celda en el penal del Altiplano (Almoloya de Juárez).
El irreverente personaje comenzó a ganar fama al escurrirse de las autoridades a partir de 1991 cuando la Policía Judicial lo detuvo, mas sobornó a sus captores y huyó. Un par de años después, una banda rival lo sentenció a muerte. Cuando los sicarios intentaron matarlo, confundieron el vehículo en que viajaba y se salvó.
El Chapo y su estatura de 1.55 metros fueron a dar a prisión poco después de aquello, y en 1997 le aumentaron la condena a 21 años. El 18 de enero de 2001 se fugó de la cárcel de Puente Grande (estado occidental de Jalisco) con la complicidad de funcionarios corruptos que no detectaron irregularidades en el carro de lavandería en el que regresó al mundo de afuera.
En 2009, la Fiscalía mexicana ofreció una jugosa recompensa a quien diera información útil para encontrarlo.
El 22 de febrero de 2014, el hombre fue recapturado en el puerto de Mazatlán en el Pacífico y fue recluido en el penal de máxima seguridad de Altiplano, en el estado de México.
Fue el gran golpe del presidente Enrique Peña Nieto, pero en julio de 2015 Guzmán se metió en la ducha y en unos minutos había desaparecido como si tuviera la cualidad de convertirse en humo. Nada más falso; el delincuente se había introducido en un túnel de 1,500 metros, el equivalente a casi cuatro pistas de atletismo para, por segunda vez, ridiculizar a sus captores y retomar el control de su negocio.
El Chapo volvió a su hábitat. Algo falló y en octubre estuvo a punto de ser apresado por las autoridades, a las que se les escapó para volver a dar la impresión de ser un hacedor de milagros, pues las fuerzas de seguridad revelaron que resultó herido en el rostro y una pierna. Hasta que ayer viernes no corrió con la misma suerte.
Al capturar de nuevo al narcotraficante Joaquín el Chapo Guzmán, líder del cartel de Sinaloa, las autoridades mexicanas devuelven a su condición de recluso al más huidizo de sus enemigos, un hombre con astucia de mago para burlarse de todos, como hizo en dos ocasiones de dos cárceles de máxima seguridad.
Ayer elementos de la Marina y de la Policía Federal detuvieron en Los Mochis al delincuente (58), cuya leyenda adquirió toque de santidad el 11 de julio pasado al escaparse de manera surrealista por un túnel de 1.5 kilómetros conectado a la ducha de su celda en el penal del Altiplano (Almoloya de Juárez).
El irreverente personaje comenzó a ganar fama al escurrirse de las autoridades a partir de 1991 cuando la Policía Judicial lo detuvo, mas sobornó a sus captores y huyó. Un par de años después, una banda rival lo sentenció a muerte. Cuando los sicarios intentaron matarlo, confundieron el vehículo en que viajaba y se salvó.
 En junio de 1993, Joaquín Guzmán fue capturado en la frontera con Guatemala y llevado a prisión en Jalisco, de donde ocho años después se fugó.
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En 2009, la Fiscalía mexicana ofreció una jugosa recompensa a quien diera información útil para encontrarlo.
El 22 de febrero de 2014, el hombre fue recapturado en el puerto de Mazatlán en el Pacífico y fue recluido en el penal de máxima seguridad de Altiplano, en el estado de México.
 En febrero de 2014 fue recapturado en Mazatlán, Sinaloa, y trasladado a penal de máxima seguridad.
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El Chapo volvió a su hábitat. Algo falló y en octubre estuvo a punto de ser apresado por las autoridades, a las que se les escapó para volver a dar la impresión de ser un hacedor de milagros, pues las fuerzas de seguridad revelaron que resultó herido en el rostro y una pierna. Hasta que ayer viernes no corrió con la misma suerte.
 Se fugó por segunda vez de una cárcel de máxima seguridad saliendo por un túnel que él mismo mandó a construir.
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