Nueva York, Estados Unidos
La oficina regional de la Unicef para América Latina y el Caribe, región con una tasa de homicidio juvenil más de dos veces mayor que la media mundial, presentó el lunes una iniciativa para reducir la violencia en el entorno escolar y asegurar a niños, niñas y adolescentes una educación de calidad.
'Millones de niñas, niños y adolescentes se preguntan cada día si podrán llegar a la escuela, si estarán seguros durante la jornada escolar', señala el documento base de la 'Iniciativa a favor de escuelas y comunidades fuertes: Colaborar para construir escuelas seguras y ambientes de aprendizaje protectores'.
Según el documento, la presencia de delincuentes, pandillas y armas en las escuelas aumenta el ausentismo y, en muchos casos, conduce al abandono escolar de millones de niños en América Latina.
Asimismo, la extorsión a docentes y estudiantes y el robo y la destrucción de instalaciones escolares impiden el acceso a la escuela y generan miedo y consecuencias psicológicas negativas que disminuyen la calidad de la enseñanza y el aprendizaje.
Para poner en marcha la iniciativa, Unicef cuenta con dos importantes socios: la Coalición Empresarial Mundial por la Educación y World at School (El mundo en la escuela).
Al acto de presentación asistieron los ministros de Educación de El Salvador y Costa Rica, Carlos Mauricio Canjura y Sonia Marta Mora, respectivamente, la primera dama de Panamá, Lorena Castillo de Varela, y el empresario guatemalteco Salvador Paiz.
El lanzamiento se hizo durante el evento global Up for School, que reúne en Nueva York a jóvenes, líderes empresariales, docentes, sociedad civil y organizaciones religiosas de todo el mundo para realizar un llamamiento a favor de que la educación sea considerada una prioridad en la nueva agenda del desarrollo global.
'América Latina y el Caribe tiene el índice más alto de violencia armada de todo el mundo y es la única región donde la violencia con efectos mortales aumentó entre 2000 y 2010. En las últimas dos décadas, las tasas de homicidio aumentaron de cinco a ocho veces más rápido que en Europa y Asia', dice el documento.
'La tasa de homicidio juvenil es más del doble que el promedio mundial: 70 cada 100.000. Aunque esta violencia afecta a todos, la más mortal afecta desproporcionadamente a los jóvenes varones, como autores y como víctimas', agrega.
Por eso, 'evitar que haya armas en las escuelas es esencial para crear un ambiente de aprendizaje seguro', subrayan Unicef y sus socios que, entre otras medidas para conseguir ese objetivo, proponen 'la creación de 'centros de llamadas de auxilio' seguros, que permitan hacer denuncias anónimas de incidentes o amenazas'.
Otra de las propuesta es 'crear programas de resolución de conflictos y coexistencia pacífica', para 'ayudar a los niños y niñas a desarrollar su capacidad de hacer frente a las diferencias de manera no violenta y facilitar la reintegración de los niños que no asisten a la escuela'.
En el documento, Unicef y sus socios hacen un llamamiento a toda la sociedad para que participe activamente en la creación de ambientes de aprendizaje seguros y destaca que es 'especialmente' importante la consulta y la participación de los niños, niñas y adolescentes y sus familias.
El documento señala específicamente que pueden hacer cada uno de los actores -estudiantes, familias, docentes, autoridades y empresarios- por lograr ambientes educativos más seguros y menciona experiencias concretas que han tenido éxito en varios países latinoamericanos.
'Convertir la seguridad en las escuelas en una prioridad nacional' es un deber para todos los países, dicen Unicef y sus socios.
La oficina regional de la Unicef para América Latina y el Caribe, región con una tasa de homicidio juvenil más de dos veces mayor que la media mundial, presentó el lunes una iniciativa para reducir la violencia en el entorno escolar y asegurar a niños, niñas y adolescentes una educación de calidad.
'Millones de niñas, niños y adolescentes se preguntan cada día si podrán llegar a la escuela, si estarán seguros durante la jornada escolar', señala el documento base de la 'Iniciativa a favor de escuelas y comunidades fuertes: Colaborar para construir escuelas seguras y ambientes de aprendizaje protectores'.
Según el documento, la presencia de delincuentes, pandillas y armas en las escuelas aumenta el ausentismo y, en muchos casos, conduce al abandono escolar de millones de niños en América Latina.
Asimismo, la extorsión a docentes y estudiantes y el robo y la destrucción de instalaciones escolares impiden el acceso a la escuela y generan miedo y consecuencias psicológicas negativas que disminuyen la calidad de la enseñanza y el aprendizaje.
Para poner en marcha la iniciativa, Unicef cuenta con dos importantes socios: la Coalición Empresarial Mundial por la Educación y World at School (El mundo en la escuela).
Al acto de presentación asistieron los ministros de Educación de El Salvador y Costa Rica, Carlos Mauricio Canjura y Sonia Marta Mora, respectivamente, la primera dama de Panamá, Lorena Castillo de Varela, y el empresario guatemalteco Salvador Paiz.
El lanzamiento se hizo durante el evento global Up for School, que reúne en Nueva York a jóvenes, líderes empresariales, docentes, sociedad civil y organizaciones religiosas de todo el mundo para realizar un llamamiento a favor de que la educación sea considerada una prioridad en la nueva agenda del desarrollo global.
'América Latina y el Caribe tiene el índice más alto de violencia armada de todo el mundo y es la única región donde la violencia con efectos mortales aumentó entre 2000 y 2010. En las últimas dos décadas, las tasas de homicidio aumentaron de cinco a ocho veces más rápido que en Europa y Asia', dice el documento.
'La tasa de homicidio juvenil es más del doble que el promedio mundial: 70 cada 100.000. Aunque esta violencia afecta a todos, la más mortal afecta desproporcionadamente a los jóvenes varones, como autores y como víctimas', agrega.
Por eso, 'evitar que haya armas en las escuelas es esencial para crear un ambiente de aprendizaje seguro', subrayan Unicef y sus socios que, entre otras medidas para conseguir ese objetivo, proponen 'la creación de 'centros de llamadas de auxilio' seguros, que permitan hacer denuncias anónimas de incidentes o amenazas'.
Otra de las propuesta es 'crear programas de resolución de conflictos y coexistencia pacífica', para 'ayudar a los niños y niñas a desarrollar su capacidad de hacer frente a las diferencias de manera no violenta y facilitar la reintegración de los niños que no asisten a la escuela'.
En el documento, Unicef y sus socios hacen un llamamiento a toda la sociedad para que participe activamente en la creación de ambientes de aprendizaje seguros y destaca que es 'especialmente' importante la consulta y la participación de los niños, niñas y adolescentes y sus familias.
El documento señala específicamente que pueden hacer cada uno de los actores -estudiantes, familias, docentes, autoridades y empresarios- por lograr ambientes educativos más seguros y menciona experiencias concretas que han tenido éxito en varios países latinoamericanos.
'Convertir la seguridad en las escuelas en una prioridad nacional' es un deber para todos los países, dicen Unicef y sus socios.