El papa Francisco recibió hoy un libro de manos de un grupo de garífunas católicos de Honduras en una de sus escalas durante su visita a Nueva York.
A su llegada a la escuela Nuestra Señora Reina de los Ángeles, del sector de East Harlem, en donde se reunió con varias familias migrantes, muchas de ellas hondureñas, el Papa fue sorprendido cuando asistentes garífunas lo abordaron.
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'Nuestra historia, expresión y nuestros sueños son tener una mejor vida en Estados Unidos. Esperamos que nuestras familias sean para el bien común de nuestra tierra. Acepte este libro, más de mil personas le mandan un saludo a su llegada a Nueva York. Reciba este presente para usted' le dijo un garífuna al Pontífice en inglés, a lo que Francisco agradeció inmediatamente.
'Este libro le pertenece a usted y se lo envían todos los garífunas de Honduras, muchas gracias' dijo a continuación una garífuna que además aprovechó para presentarle a su hija Fernanda.
'Gracias a tí', le respondió el Papa que acontinuación dijo 'Cómo te llamás. Me das un besito'. El gesto enterneció a los asistentes.
El Papa no solo recibió el libro, sino que también le dio una cruz acompañado con un segundo beso.
Tras el anuncio, el Papa fue nuevamente sorprendido cuando otra garífuna identificada como Yolanda empezó a cantar en honor al Pontífice.
'Gracias, muchas gracias. Thank you very much', dijo el Papa quien aceptó otra canción en garífuna antes de rezar el Padre Nuestro.
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Durante su visita a Estados Unidos, y durante su escala en la llamada Gran Manzana, el Papa tenía previsto reunirse con varios representantes de la etnia garífuna que han migrado de Honduras desplazados por varios factores.
'Les agradezco mucho y no se olviden rezar por mi' les dijo el Papa al cierre del evento.
El cariño del Papa
El sumo pontífice argentino fue recibido por una multitud en la puerta de la escuela de este tradicional barrio desfavorecido de mayoría latina, y se tomó su tiempo para saludar y dejar que le tomen fotos.
Acompañado por el arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, ingresó a un aula de la escuela donde lo esperaban responsables de varias escuelas y estudiantes, que comenzaron a cantar al verlo llegar.
Sonriente, Francisco se colocó la mano en la oreja para pedir a los niños que cantasen más fuerte, lo que provocó risas entre los presentes.
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Entre los niños de las escuelas de la Arquidiócesis de Nueva York que se reunieron con el Papa estaban Benjamín Grassia, de 9 años y padres argentinos, y Emely Rodriguez, de 8 y madre ecuatoriana y padre dominicano.
También se encontraba un niño musulmán, Essa Nahshal, de 7 años e hijo de yemeníes que asiste a la escuela Charles Barromeo, en el norte de Manhattan.
El pequeño Nahshal mostró a Francisco en una pantalla un proyecto en el que trabaja en su colegio, mientras el sumo pontífice lo tomaba de la mano.
A continuación el papa estuvo con menores inmigrantes no acompañados que reciben apoyo de Caridades Católicas, y que demostraron sus habilidades con un balón de fútbol, la mayor cantidad de ellos también varios hondureños, ante su atenta mirada.
Varios inmigrantes latinoamericanos se acercaron luego a Francisco y le entregaron obsequios, entre ellos un casco de obrero de la construcción y el libro de la comunidad garífuna, una de la étnias más representativas de Honduras.
Cargada agenda
La visita a la escuela fue la tercer actividad del viernes para Francisco en Nueva York, luego de su discurso en la ONU y un servicio interreligioso en el Memorial del 11 de Septiembre.
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El Papa encabezará luego una procesión en Central Park y cerrará su paso por Nueva York con una misa para unas 20.000 personas en el Madison Square Garden.
En Estados Unidos desde el miércoles, Francisco concluirá su visita el domingo en Filadelfia.