México DF
Los escasos 17 meses que “El Chapo” Guzmán pasó en la cárcel antes de su segunda fuga no afectaron a sus negocios.
Esta es la conclusión de la fiscalía mexicana en su último análisis sobre la composición de los carteles.
El documento, al que tuvo acceso El Universal, tiene fecha del pasado 30 de junio, pocos días antes, por tanto, de su espectacular huída.
Según este informe, el cartel de Sinaloa fue el único entre los nueve grandes, que aumentó su presencia en el territorio mexicano en el último año, detectándose en siete estados en vez de los seis de 2014.
Además, aumentó el número de grupos criminales a su servicio: de ocho a diez.
La expansión del cartel se produjo en los estados de Baja California Sur y Sonora aunque perdió presencia en Guerrero. Mantiene, sin embargo, su fortaleza en Chihuahua, Sinaloa, Durango, Coahuila y Baja California.
El crecimiento, aunque parezca modesto, debe enmarcarse en un contexto de retracción de la mayoría de los carteles. El informe de la fiscalía identifica 36 células a cargo de los nueves carteles cuando en 2014 estas eran 43.
La decadencia de Los Zetas
El grupo que sale peor parado en la comparativa son los otrora temidos Zetas quienes pasaron de tener nueve células en seis estados del país, a sólo tres en un solo estado: Tamaulipas.
El segundo grupo criminal que más ha visto reducida su influencia es el de Los Caballeros Templarios, cuyo líder principal, Servando Gómez Martínez “La Tuta” fue capturado el 27 de febrero pasado.
El Cártel del Golfo, enemigo de Los Zetas, también ha sufrido una aparente disminución en su estructura, pero ésta es menor a la de sus rivales.
El grupo mantenía hasta hace un año 12 células delictivas: 11 en Tamaulipas y una en Cancún. Ahora, se le atribuyen siete: cinco en el estado fronterizo y dos en el Caribe mexicano.
El resto de carteles no habría sufrido modificaciones de relieve, según las investigaciones.
Los escasos 17 meses que “El Chapo” Guzmán pasó en la cárcel antes de su segunda fuga no afectaron a sus negocios.
Esta es la conclusión de la fiscalía mexicana en su último análisis sobre la composición de los carteles.
El documento, al que tuvo acceso El Universal, tiene fecha del pasado 30 de junio, pocos días antes, por tanto, de su espectacular huída.
Según este informe, el cartel de Sinaloa fue el único entre los nueve grandes, que aumentó su presencia en el territorio mexicano en el último año, detectándose en siete estados en vez de los seis de 2014.
Además, aumentó el número de grupos criminales a su servicio: de ocho a diez.
La expansión del cartel se produjo en los estados de Baja California Sur y Sonora aunque perdió presencia en Guerrero. Mantiene, sin embargo, su fortaleza en Chihuahua, Sinaloa, Durango, Coahuila y Baja California.
El crecimiento, aunque parezca modesto, debe enmarcarse en un contexto de retracción de la mayoría de los carteles. El informe de la fiscalía identifica 36 células a cargo de los nueves carteles cuando en 2014 estas eran 43.
La decadencia de Los Zetas
El grupo que sale peor parado en la comparativa son los otrora temidos Zetas quienes pasaron de tener nueve células en seis estados del país, a sólo tres en un solo estado: Tamaulipas.
Los Zetas han sufrido la detención de 25 de sus cabecillas, entre ellos su gran capo, Omar Treviño, el Z-40.
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El segundo grupo criminal que más ha visto reducida su influencia es el de Los Caballeros Templarios, cuyo líder principal, Servando Gómez Martínez “La Tuta” fue capturado el 27 de febrero pasado.
La detención de Servando Gómez, 'La Tuta', ha tenido consecuencias para el cartel de Los Caballeros Templarios.
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El Cártel del Golfo, enemigo de Los Zetas, también ha sufrido una aparente disminución en su estructura, pero ésta es menor a la de sus rivales.
El grupo mantenía hasta hace un año 12 células delictivas: 11 en Tamaulipas y una en Cancún. Ahora, se le atribuyen siete: cinco en el estado fronterizo y dos en el Caribe mexicano.
El resto de carteles no habría sufrido modificaciones de relieve, según las investigaciones.