Seifeddine Rezgui, el terrorista de 23 años que mató el pasado viernes a 38 personas en el hotel Imperial Marhaba, de Susa, era un joven estudiante de posgrado en la Universidad Kairouan de Túnez, fanático del Real Madrid y muy activo en las redes sociales. Sin embargo, en los últimos 6 meses 'alguien le lavó el cerebro' y el joven dulce desapareció para dar paso a un asesino radical movido por los 'ideales' del Estado Islámico.
'Le lavaron el cerebro, le han lavado el cerebro', repite su padre, Hakim Rezgui, que recuerda que su hijo 'iba a obtener su título universitario, era un joven cultivado'.
'Estoy conmocionado…. Ha olvidado a sus padres', agrega Rezgui y en efecto, el joven que fue abatido por las fuerzas de seguridad tunecinas tras el atentado, había cambiado su familia por sus 'hermanos' del Estado Islámico.
Y es que el joven que también era bailarín de break-dance soltó las pistas necesarias en Facebook y Twitter con las que un buen servicio de inteligencia habría podido evitar la matanza. Llevaba dos años moviéndose en círculos yihadistas y en el último año expresó varias veces en las redes sociales su identificación con el islamismo más extremo.
'Si el amor por la yihad es un crimen, el mundo entero podrá ver que soy un criminal”, escribió en Facebook.
El joven estudiante viajó a Libia donde fue entrenado por militantes del Estado Islámico para cometer el atentado en un complejo turístico de Tunez.
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El ministro del Interior tunecino, Najem Gharsalli, anunció esta mañana que las autoridades arrestaron a un grupo de sospechosos que podrían haberle dado cobertura en su ataque.