Un grupo de inmigrantes indocumentados hondureños que quedaron mutilados durante su viaje a EEUU a bordo del tren de mercancías conocido como 'La Bestia' solicitó hoy una reunión con el presidente Barack Obama para hablar sobre posibles 'soluciones' al drama de muchos de sus compatriotas.
Una caravana de ocho hombres hondureños discapacitados debido al peligroso viaje a bordo del tren al que suben muchos inmigrantes indocumentados para llegar a EEUU ha recorrido todo el país para llegar a Washington con la esperanza de hablar con Obama, algo que ya pidieron el pasado miércoles y en lo que insistieron hoy.
'Después de miles de kilómetros para llegar aquí a Washington durmiendo en cartones, cruzando ríos en balsa, después de un mes y medio de estar presos, ser tratados como criminales ahí adentro, por fin estamos acá, confiando en lograr nuestro propósito de ver al presidente Barack Obama', dijo José Luis Hernández, de 29 años.
'Pensando en esos miles de jóvenes que en este momento están pensando migrar, todo lo que queremos es que esa tierra prometida que buscamos en este país (EEUU) esté en nuestro propio país, sin necesidad de arriesgar nuestra vida en nuestro intento por llegar aquí', añadió Hernández durante un acto frente a la Casa Blanca.
Los inmigrantes hondureños dieron la 'vuelta a toda la Casa Blanca' tratando de que algún empleado les dejara entregar una carta dirigida a Obama, y finalmente pudieron dársela a un funcionario, explicó Hernández.
La carta pide a Obama una reunión para poder compartir sus 'testimonios' y subrayar la necesidad de ayudar a su país, Honduras, a mejorar las oportunidades para que los hondureños no sientan la necesidad de arriesgar sus vidas emigrando a Estados Unidos.
'Algunas cosas son imposibles, por ejemplo, que las piernas o brazos de mis compañeros vuelvan a crecer. Pero prevenir más mutilaciones, más muertes, más desapariciones, y más violencia sexual, eso es posible', reza la carta, según la Asociación de Migrantes Discapacitados y Regresados (AMIREDIS).
'No estamos aquí para asignar culpas, estamos aquí para encontrar soluciones', añade la misiva.
La caravana de estos migrantes salió de Honduras el pasado 25 de febrero, tardó un mes en atravesar México y, al llegar a Estados Unidos, las autoridades migratorias les interceptaron y llevaron al centro de detención del sur de Texas en la localidad de Pearsall, cerca de San Antonio.
Después de 45 días en los que estuvieron 'encadenados y humillados', según la carta, consiguieron salir del centro gracias a una asociación y prosiguieron su viaje a la Casa Blanca.
De los 17 que integraban al principio la caravana, a Washington llegaron ocho, muchos de los cuales son padres de familia que emprendieron el viaje para exigir oportunidades para sus hijos y evitar que un día tengan que saltar a 'La Bestia'.
'Queremos cambiar la mente del pueblo hondureño, queremos que haya más trabajo en nuestro país para que los jóvenes no migren', afirmó hoy Benito Murillo, de 44 años y con cuatro hijos.
'Si van a migrar, que tengan en cuenta todos los peligros que hay en el camino, el riesgo. No quiero que les vaya a pasar lo que me pasó a mí, porque estar con una discapacidad, es bien terrible vivir así', agregó.
Murillo decidió emigrar a EEUU en 2005 y perdió el brazo y la pierna izquierdos al lanzarse hacia uno de los vagones del tren de 'La Bestia' que pasaba por Chiapas (México).