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San Antonio, EUA.
Diez hondureños han dado una lección de coraje y tesón al conseguir asilo en EUA tras partir de El Progreso el pasado 25 de febrero.
Fallo inesperado
El presidente de AMIREDIS, José Luis Hernández, reconoció a LA PRENSA que durante su cautiverio llegó a perder la fe. “Me arrepentí mucho y lloré por que nos trataron sin ninguna consideración pese a estar como estamos”.
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Diez hondureños han dado una lección de coraje y tesón al conseguir asilo en EUA tras partir de El Progreso el pasado 25 de febrero.
Son miembros de la Asociación de Migrantes Retornados con Discapacidad (AMIREDIS). Todos perdieron alguna parte de su cuerpo en el tren de carga conocido como “la Bestia”.
Ante la falta de oportunidades en Honduras decidieron emprender el viaje una vez más para denunciar los peligros que afrontan los migrantes.
Tras ser ninguneados por las autoridades mexicanas, los mutilados se entregaron a las autoridades estadounidenses y solicitaron asilo. Tras mes y medio encerrados, esta semana recibieron la respuesta anhelada: su petición es “creible”.
Ahora disponen de permiso para moverse por el país hasta que una Corte decida sobre su caso. Les han dado cita para 2019 así que ya tienen el camino despejado hacia su objetivo inicial: llegar a Washington para entrevistarse con Barack Obama.
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" Los miembros de AMIREDIS antes de cruzar la frontera con EUA.
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El presidente de AMIREDIS, José Luis Hernández, reconoció a LA PRENSA que durante su cautiverio llegó a perder la fe. “Me arrepentí mucho y lloré por que nos trataron sin ninguna consideración pese a estar como estamos”.
José Luis perdió una pierna y un brazo en 2005 cuando se cayó de la “Bestia”. Pese a ello, los agentes estadounidenses llegaron a tenerlo esposado. “Jamás pensé que a estas alturas de la vida me iba a pasar algo asi, ser tratado como un criminal. Fue terrible”, denunció.
Gracias a la ayuda de los abogados de la organización Raíces Texas, José Luis y los otros nueve supervivientes de la caravana (partieron una quincena) han conseguido que su caso sea reconocido como “creíble”. Ahora, descansan en San Antonio (Texas) preparando la última etapa de su viaje.
“Esperemos que valga la pena todo el esfuerzo que hemos hecho. No por nuestro bien porque por nosotros ya no se puede hacer nada. Ya no nos puede crecer la pierna ni el brazo pero si queremos evitar que otros queden en nuestra condicion en busca del sueño americano”, afirmó.
En su camino a Washington, los mutilados preparan una gira por varias ciudades donde organizarán actos para denunciar las causas y las condiciones de la migración. “No venimos a mendigar, no venimos a buscar culpables, venimos a hacer conciencia para que los gobiernos se ocupen de sus connacionales. Que corten el problema de raiz. Que no les obliguen a dejar su tierra”, afirmó.
La meta de conocer a Obama ya no parece tan utópica.
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" Pese a su condición, los mutilados han conseguido sortear todos los obstáculos que se les han presentado.
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