Estados Unidos.
La violencia, marginación y racismo en Baltimore quedaron retratados durante seis días, mientras la turística ciudad se convertía en un escenario de batalla donde los disturbios y ataques contra la Policía manifestaron la furia de cientos de afroamericanos que denunciaron décadas de desigualdad racial en Estados Unidos.
Ayer, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, aseguró que existe una crisis nacional como consecuencia del deterioro en las relaciones entre la comunidad negra y la Policía, al comentar los disturbios ocurridos esta semana en Baltimore.
“Lo creo. Si miras lo que ha ocurrido en el curso del último año, te tiene que hacer pensar”, aseguró Boehner a la cadena NBC.
El líder republicano se refería a los casos recientes de abuso policial que se saldaron con fuertes protestas por las muertes de jóvenes negros en diferentes partes del país, como Michael Brown en Misuri, Eric Garner en Nueva York y el más reciente de Freddie Gray en Baltimore, quien falleció tras estar bajo custodia policial. Boehner recalcó que “los funcionarios públicos no deberían violar la ley” y señaló que “si los cargos (de homicidio decretados por la fiscal de Baltimore contra seis policías por la muerte de Gray) son ciertos, es indignante e inaceptable”.
Apoyo a Obama
Defendió la iniciativa del Gobierno del presidente Barack Obama de obligar a los agentes de policía a llevar cámaras de video para que queden registradas sus acciones.
Tras el funeral el lunes pasado de Gray, de 25 años, las protestas en Baltimore degeneraron en una noche de disturbios y saqueos, con vehículos y edificios incendiados, que obligó a la alcaldesa de la ciudad a decretar toque de queda.
Precisamente ayer, las autoridades de Baltimore ordenaron el retiro de la Guardia Nacional. La alcaldesa Stephanie Rawlings-Blake anunció el levantamiento del toque de queda una vez que la calma retorna poco a poco a la ciudad después de que la fiscal estatal Marilyn Mosby decidiese el viernes presentar cargos contra los seis policías que arrestaron a Gray.
La violencia, marginación y racismo en Baltimore quedaron retratados durante seis días, mientras la turística ciudad se convertía en un escenario de batalla donde los disturbios y ataques contra la Policía manifestaron la furia de cientos de afroamericanos que denunciaron décadas de desigualdad racial en Estados Unidos.
Ayer, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, aseguró que existe una crisis nacional como consecuencia del deterioro en las relaciones entre la comunidad negra y la Policía, al comentar los disturbios ocurridos esta semana en Baltimore.
“Lo creo. Si miras lo que ha ocurrido en el curso del último año, te tiene que hacer pensar”, aseguró Boehner a la cadena NBC.
El líder republicano se refería a los casos recientes de abuso policial que se saldaron con fuertes protestas por las muertes de jóvenes negros en diferentes partes del país, como Michael Brown en Misuri, Eric Garner en Nueva York y el más reciente de Freddie Gray en Baltimore, quien falleció tras estar bajo custodia policial. Boehner recalcó que “los funcionarios públicos no deberían violar la ley” y señaló que “si los cargos (de homicidio decretados por la fiscal de Baltimore contra seis policías por la muerte de Gray) son ciertos, es indignante e inaceptable”.
Apoyo a Obama
Defendió la iniciativa del Gobierno del presidente Barack Obama de obligar a los agentes de policía a llevar cámaras de video para que queden registradas sus acciones.
Tras el funeral el lunes pasado de Gray, de 25 años, las protestas en Baltimore degeneraron en una noche de disturbios y saqueos, con vehículos y edificios incendiados, que obligó a la alcaldesa de la ciudad a decretar toque de queda.
Precisamente ayer, las autoridades de Baltimore ordenaron el retiro de la Guardia Nacional. La alcaldesa Stephanie Rawlings-Blake anunció el levantamiento del toque de queda una vez que la calma retorna poco a poco a la ciudad después de que la fiscal estatal Marilyn Mosby decidiese el viernes presentar cargos contra los seis policías que arrestaron a Gray.