Miles de manifestantes se congregaron el sábado en Baltimore (este de Estados Unidos) para denunciar la brutalidad policial y exigir justicia tras la muerte del joven negro Freddie Gray, un día después de la inculpación de seis policías por ese crimen.
'Sin justicia no hay paz', gritaron los manifestantes al inicio de una marcha desde el lugar donde Gray fue detenido hasta la alcaldía de Baltimore.
'Todos nosotros hemos experimentado la brutalidad policial y queremos cambios', dijo a la AFP un hombre negro que sólo se identificó como Phil.
Entre 2.000 y 3.000 personas, muy por debajo de las 10.000 que esperaban los organizadores, participaron en la marcha que se cumplió en calma y en un ambiente casi festivo.
Esta ciudad portuaria de 620.000 habitantes, ha sido escenario de protestas casi cotidianas desde la muerte de Gray el 19 de abril pasado producto de una lesión grave durante su traslado en un vehículo policial.
'Los jóvenes no son delincuentes', 'no hay paz en nuestras almas', se podía leer en algunas pancartas frente a la alcaldía, donde los manifestantes acudieron en respuesta al llamado de los abogados de la causa negra Black Lawyers for Justice, cuyo líder Malic Shabazz es un exintegrante del movimiento radical Panteras Negras.
Shabazz, quien entonó consignas junto a los manifestantes, pidió a la fiscal que no les dé la espalda a los jóvenes manifestantes y al gobernador del estado de Maryland Bob Hogan que ponga fin al toque de queda.
Pese a ese llamado la alcaldía anunció que el toque de queda entrará en vigor este sábado de nuevo a partir de las 22H00 (02H00 GTM) como ha ocurrido desde el martes.
La Guardia Nacional, llamada para reforzar la seguridad desde que estallaron los disturbios el lunes, movilizó a unos 3.000 efectivos el sábado 'para garantizar la calma en Baltimore', indicó en su cuenta Twitter.
La noche del viernes la policía detuvo a numerosas personas que violaron el toque de queda, pese a que horas antes la fiscal Marilyn Mosvi anunciara de manera sorpresiva la inculpación de seis policías -tres blancos y tres negros- por la muerte de Grey.
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Suspendidos de sus funciones pero con goce de salario, los seis uniformados fueron interrogados antes de ser liberados la noche del viernes con fianzas de entre 250.000 y 350.000 dólares, según documentos judiciales.
Los policías serán presentados ante la justicia el 27 de mayo, para una audiencia preliminar.
Las inculpaciones -por asesinato en el caso de uno de los policías- fueron celebradas por la familia de la víctima y en el barrio de Baltimore más golpeado por la violencia del lunes, los habitantes recibieron con alegría la decisión de la fiscal.
'Hace mucho que esperábamos esto', declaró Dexter Dillard, de 47 años, en la esquina de las calles West North y Pennsylvania, donde un supermercado fue saqueado e incendiado durante en los peores disturbios en Baltimore desde los años 1960.
Por su parte, el abogado del sindicato de policías denunció la decisión de la fiscal como precipitada.
'Jamás vi tal afán de juzgar', denunció Michael Davey, abogado del sindicato de la Orden Fraternal de la policía de Baltimore, que representa a los seis inculpados. El sindicato también escribió una carta abierta a la fiscal denunciando 'conflictos de interés' y reclamando un 'fiscal especial independiente'.
Según la investigación y la autopsia, Gray murió de una 'herida que fue fatal para él cuando él no usaba cinturón de seguridad en la van de la policía donde fue subido' con las manos y los pies atados y que paró tres veces, detalló Mosby.
Según la fiscal, de 35 años y perteneciente a una familia de policías, los agentes 'no pudieron proporcionar ninguna justificación' sobre el arresto y por ello tres policías serán imputados por haberlo arrestado 'ilegalmente'.
El presidente, Barack Obama, deseó el viernes que sea aclarada la muerte del joven.
A raíz de este hecho, otras manifestaciones tuvieron lugar el viernes en varias ciudades del país, incluida Nueva York. En la costa oeste, hubo episodios de violencia y decenas de arrestos en Oakland y Seattle.
El drama en Baltimore y varios casos recientes de afrodescendientes abatidos por policías, como en Ferguson (centro), reavivaron tensiones raciales latentes en Estados Unidos entre la comunidad negra y los uniformados.
En la gran mayoría de los casos, los policías no han sido juzgados.