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Ciudad de Guatemala
El Tribunal Supremo Electoral convocó elecciones generales para el próximo seis de septiembre. Los candidatos podrán inscribirse hasta el siete de julio y en caso de requerirse una segunda vuelta ésta se celebraría el 25 de noviembre. El vencedor tomará posesión el 14 de enero de 2016.
El TSE fijó un límite de gasto para la campaña y reclamó que esta sea 'pacífica'. Sin embargo, la convocatoria llega en medio de una grave crisis política tras destaparse una trama de corrupción en las aduanas que salpica a la vicepresidenta, Roxana Baldetti.
'Los guatemaltecos en este momento lo que están es indignados', aseguró Mario Itzep, activista de la organización Observatorio Indígena, para quien 'la campaña política se ve ensombrecida por la mafia descubierta en el gobierno'.
De acuerdo con Itzep, el enfado que sienten tanto sectores de izquierda como conservadores, le resta importancia a la apertura del proceso electoral, debido a que buena parte de la población está más enfocada en pedir cuentas por estos hechos de corrupción a las actuales autoridades.
El sábado pasado, en una concentración masiva en la capital, miles de personas reclamaron al presidente Otto Pérez y a la vicepresidenta Baldetti abandonar sus cargos, por considerar que ambos conocían el trabajo ilícito de Monzón.
Desilusión ciudadana
Mario Polanco, director del humanitario Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), estima que en Guatemala existe 'mucha frustración' debido a 'los altos niveles de corrupción' en las esferas gubernamentales.
A ello se suma el problema histórico de la inseguridad y a que los partidos políticos que participarán en el proceso electoral no anuncian cambios trascendentales para el país, manifestó el activista.
'El panorama es poco alentador, en el sentido de que la oferta electoral no está brindando ningún tipo de oportunidad de renovación en el Estado. Gane quien gane, será más de lo mismo, no importa quien sea', apuntó Polanco.
Aunque se espera la participación de más de una decena de candidatos a la presidencia, varias encuestas publicadas en medios locales ubican en los primeros lugares al empresario Manuel Baldizón (Líder, derecha) y a la exprimera dama Sandra Torres (Une, socialdemócrata).
Los sondeos también señalan entre los favoritos al exministro de Comunicaciones Alejandro Sinibaldi, quien renunció recientemente a la candidatura por el gobernante Partido Patriota (PP, derecha), al aducir que Baldetti saboteó su campaña. El exfuncionario está en conversaciones con otros partidos para postularse.
'Las manifestaciones deben servir como aviso a los nuevos gobernantes para que se entienda que el pueblo de Guatemala ya no va a tolerar la corrupción', apuntó Polanco.
El expresidente guatemalteco Vinicio Cerezo (1986-1990), dijo que, a pesar de que el escepticismo prevalece en el electorado por los hechos recientes, las protestas que han surgido representan 'un buen momento cívico' para que el país fortalezca la auditoría ciudadana sobre sus gobernantes.
Según Cerezo, el haber desnudado la red de corrupción en el sistema tributario 'puso la gota para que la ciudadanía se involucrara en una protesta cívica' por varios casos de corrupción que se venían acumulando.
'La población guatemalteca debe seguir con una actitud ciudadana, exigiendo que se aplique la ley', destacó.
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El Tribunal Supremo Electoral convocó elecciones generales para el próximo seis de septiembre. Los candidatos podrán inscribirse hasta el siete de julio y en caso de requerirse una segunda vuelta ésta se celebraría el 25 de noviembre. El vencedor tomará posesión el 14 de enero de 2016.
El TSE fijó un límite de gasto para la campaña y reclamó que esta sea 'pacífica'. Sin embargo, la convocatoria llega en medio de una grave crisis política tras destaparse una trama de corrupción en las aduanas que salpica a la vicepresidenta, Roxana Baldetti.
'Los guatemaltecos en este momento lo que están es indignados', aseguró Mario Itzep, activista de la organización Observatorio Indígena, para quien 'la campaña política se ve ensombrecida por la mafia descubierta en el gobierno'.
De acuerdo con Itzep, el enfado que sienten tanto sectores de izquierda como conservadores, le resta importancia a la apertura del proceso electoral, debido a que buena parte de la población está más enfocada en pedir cuentas por estos hechos de corrupción a las actuales autoridades.
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" El último caso de corrupción ha desatado la indignación entre los guatemaltecos.
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El sábado pasado, en una concentración masiva en la capital, miles de personas reclamaron al presidente Otto Pérez y a la vicepresidenta Baldetti abandonar sus cargos, por considerar que ambos conocían el trabajo ilícito de Monzón.
Desilusión ciudadana
Mario Polanco, director del humanitario Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), estima que en Guatemala existe 'mucha frustración' debido a 'los altos niveles de corrupción' en las esferas gubernamentales.
A ello se suma el problema histórico de la inseguridad y a que los partidos políticos que participarán en el proceso electoral no anuncian cambios trascendentales para el país, manifestó el activista.
'El panorama es poco alentador, en el sentido de que la oferta electoral no está brindando ningún tipo de oportunidad de renovación en el Estado. Gane quien gane, será más de lo mismo, no importa quien sea', apuntó Polanco.
Aunque se espera la participación de más de una decena de candidatos a la presidencia, varias encuestas publicadas en medios locales ubican en los primeros lugares al empresario Manuel Baldizón (Líder, derecha) y a la exprimera dama Sandra Torres (Une, socialdemócrata).
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" Las alusiones a Pérez Molina y Baldetti fueron recurrentes en la marcha del 1 de mayo.
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Los sondeos también señalan entre los favoritos al exministro de Comunicaciones Alejandro Sinibaldi, quien renunció recientemente a la candidatura por el gobernante Partido Patriota (PP, derecha), al aducir que Baldetti saboteó su campaña. El exfuncionario está en conversaciones con otros partidos para postularse.
'Las manifestaciones deben servir como aviso a los nuevos gobernantes para que se entienda que el pueblo de Guatemala ya no va a tolerar la corrupción', apuntó Polanco.
El expresidente guatemalteco Vinicio Cerezo (1986-1990), dijo que, a pesar de que el escepticismo prevalece en el electorado por los hechos recientes, las protestas que han surgido representan 'un buen momento cívico' para que el país fortalezca la auditoría ciudadana sobre sus gobernantes.
Según Cerezo, el haber desnudado la red de corrupción en el sistema tributario 'puso la gota para que la ciudadanía se involucrara en una protesta cívica' por varios casos de corrupción que se venían acumulando.
'La población guatemalteca debe seguir con una actitud ciudadana, exigiendo que se aplique la ley', destacó.
