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La Tierra tembló en la cima del mundo. Un terremoto de 7.9 grados en la escala Richter provocó una de las peores tragedias de los últimos tiempos en Nepal.
El último balance del gobierno es de 1,805 muertos y 4,780 heridos pero se da por descontado que la cifra aumentará en las próximas horas.
El sismo duró entre 30 segundos y dos minutos y tuvo su epicentro a 150 kms de la capital, Katmandú. Sus efectos se notaron en países vecinos como China o la India donde fallecieron 13 y 42 personas respectivamente.
Sin embargo, el inmenso grueso de la tragedia se lo llevó Nepal, una pobre nación de poco más de 28 millones de personas. Su gobierno declaró el estado de emergencia y pidió la llegada urgente de ayuda humanitaria.
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Tras reabrirse el aeropuerto de Katmandú, los primeros aviones provenientes de la India ya aterrizaron. EUA desbloqueó un millón de dólares. La Unión Europea, Rusia, China e Israel mandarán expertos y ayuda. La ONU prometió “un gran esfuerzo de asistencia”.
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Miedo y caos en Katmandú
Miles de nepalíes optaron por pasar la noche en la calle pese a la lluvia por miedo a las réplicas. En las horas posteriores al terremoto se registraron más de veinte.
“Todo empezó a temblar. Todo se caía. Las paredes en torno a la vía principal se derrumbaron. Las puertas de los estadios colapsaron”, dijo Anupa Shrestha, un residente de la zona.
En Katmandú, una responsable de la embajada de Holanda, Kari Cuelenaere, describió la situación después del sismo. “Algunas partes de la ciudad se derrumbaron, la polvareda se elevaba. Había muchos helicópteros de socorro”, añadió.
“Hay muchísima gente caminando desconcertada por las calles. Están confusos y asustados; muchos lloran”, relató un testigo a la CNN desde Katmandú. “Caminan con sus familiares y sus mascotas en brazos, sin atreverse a ponerse bajo un techo. Se sabe que hay mucha gente atrapada en los escombros y decenas de voluntarios tratan de rescatarlos”, añadió.
Desolación y muerte en el Everest
El terremoto provocó un alud en el campo base del Everest, donde al menos diez personas habrían perdido la vida.
“Hemos oído crujir la Tierra por dentro” escribió en su cuenta de Facebook el veterano alpinista español Carlos Soria.
El campamento se encontraba abarrotado porque en esta época empieza la temporada de alpinismo.
En el campo número uno del Everest, a unos 700 metros por debajo del campo base, el alpinista británico Daniel Mazu indicó que su expedición estaba a salvo, pero que el camino hacia el campo base estaba bloqueado. “Por favor, recen por todos”, añadió.