Familiares y amigos llegaban a hoy la carrera y con los ojos llorosos al aeropuerto barcelonés de El Prat, de donde despegó el vuelo 4U9525 de la compañía de bajo coste Germanwings que se estrelló poco después en los Alpes franceses con 150 personas a bordo, entre ellos unos 40 españoles.
La mayoría de los pasajeros del avión siniestrado, que cubría la ruta Barcelona y Dusserdorlf, eran turistas que habían pasado unos días de vacaciones en Barcelona y Palma de Mallorca, en el archipiélago balear.
Jordi Campoy, extrabajador de la farmacéutica Bayer, acudió a la terminal T-2 del aeropuerto de Barcelona 'para apoyar a la familia', dijo, de un excompañero que viajaba en el avión siniestrado.
'Pero no sé aún nada, sólo sé lo que he oído en la radio y espero que se equivoquen', recalcó Campoy, quien señaló que también conoce a la esposa de otro excompañero que viajaba en el avión e iba a ver a sus hijos a Alemania.
A una sala habilitada para las familias de la víctimas en la T-2 también llegaron miembros del consulado alemán en Barcelona.
 Los familiares de las víctimas fueron acompañadas por la policía hasta la sala donde está el equipo médico.
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El Sistema de Emergencias Médicas (SEM) envió un equipo de médicos y psicólogos al aeropuerto de Barcelona para atender a los familiares de las víctimas del accidente de avión.
El dispositivo de emergencia para atender a familiares y allegados de los pasajeros fallecidos en el siniestro se acordó en un gabinete de crisis que se convocó de urgencia al trascender la noticia de la catástrofe aérea.
Las condiciones meteorológicas en el momento del accidente del Airbus A320 de Germanwings eran excelentes, según los medios especializados franceses.
El vuelo había atravesado pese a todo a media mañana algunas zonas turbulentas, con lluvia y tormentas, en particular en la región mediterránea y el Golfo de León, según sus informaciones.
