La Cámara de Representantes de Utah, Estados Unidos aprobó hoy una polémica ley que autoriza el uso de un pelotón de fusilamiento para ejecutar a los presos condenados a muerte en caso de que el estado no disponga de inyecciones letales.
Utah es, de hecho, el último estado de EUA que ejecutó a un condenado a muerte por fusilamiento: fue el caso de Ronnie Lee Gardner en 2010, que optó voluntariamente por ese método.
Aunque el estado decretó en 2004 la inyección letal como el método a usar para las ejecuciones, los condenados a muerte antes de ese año aún pueden elegir si prefieren hacerlo así o por fusilamiento.
El representante republicano Paul Ray, quien impulsó la iniciativa, defendió en declaraciones al periódico 'Los Angeles Times' que el fusilamiento es una opción más 'humana' que una inyección defectuosa.
Utah es uno de los estados con menos presos en el corredor de la muerte, tan solo nueve, según datos del Centro de Información de la Pena de Muerte (DPIC), y ninguno de ellos tiene programada su ejecución para antes de 2017.
En 2011 los estados empezaron a tener problemas con el suministro de las sustancias que se usan en las inyecciones después de que la empresa estadounidense Hospira dejara de producir el componente esencial de la mezcla.
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Desde entonces, los estados han ido probando fórmulas nuevas, que el año pasado fallaron en tres ocasiones provocando sufrimiento prolongado en el preso antes de la muerte.
Aunque todos los estados que aún aplican la pena de muerte optan por la inyección letal como método prioritario, muchos también prevén la utilización de la silla eléctrica o la cámara de gas como segundas opciones.