El líder radical venezolano Leopoldo López cumplirá este miércoles un año tras la rejas, acusado de desatar la violencia en las protestas de 2014 que dejaron 43 muertos, pese a que un organismo de la ONU ha pedido su liberación.
El 18 de febrero de 2014, seis días después de los primeros tres decesos en los disturbios, López se entregó a la justicia.
'Si mi encarcelamiento vale para el despertar de un pueblo (...) valdrá la pena mi encarcelamiento infame', dijo López en una manifestación en una plaza de Caracas donde miles de seguidores lo recibieron como un líder.
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López dejó de asistir a su juicio que inició en julio cuando el tribunal desestimó la resolución del Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU, que el 23 de septiembre pidió al gobierno venezolano su liberación. A pesar de su ausencia, el juicio ha seguido adelante.
El intento de los exmandatarios Andrés Pastrana (Colombia) y Sebastián Piñera (Chile) de visitarlo en la cárcel el 25 de enero fue infructuoso, e incluso el presidente Maduro lo interpretó como un gesto de apoyo a 'un grupo de extrema derecha que desconoce al gobierno y que está llamando a un golpe de Estado cruento'.
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López podría ser condenado a 10 años de cárcel por delitos de 'incendio intencional, instigación pública, daños a la propiedad pública y asociación para delinquir'.
La semana pasada Human Rights Watch denunció como una 'grotesta arbitrariedad' que 'hombres encapuchados y fuertemente armados irrumpieron en su celda con el objetivo de intimidarlo y castigarlo. Destrozaron sus pertenencias, lo agredieron y se lo llevaron por la fuerza a una celda de castigo'.
Para este miércoles Lilian Tintori, esposa de López, llamó a vestirse de blanco en señal de protesta cívica.