Los supervivientes del Holocausto y varios jefes de Estado europeos compartieron emociones intensas este martes en Auschwitz, 70 años después de la liberación del campo de exterminio nazi, y mostraron su solidaridad y su voluntad de actuar contra el antisemitismo creciente en Europa.
' Creí que me incinerarían aquí y que jamás viviría la experiencia de mi primer beso. Pero, no sé cómo, yo, una niña de 14 años, sobreviví', contó Halina Birenbaum, nacida en Varsovia en 1929 y que estuvo en cuatro campos nazis, incluido Auschwitz, durante su infancia. Tras emigrar a Israel, se convirtió en poeta y escritora.
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El presidente polaco, Bronislaw Komorowski, que abrió la ceremonia oficial con un saludo a los supervivientes, expresó 'respeto y reconocimiento' a los soldados soviéticos que liberaron Auschwitz, donde murieron cerca de 1,1 millones de personas, entre ellas un millón de judíos.
'No dejen que vuelva a pasar'.
El presidente del Congreso Judío Mundial, el estadounidense Ronald S. Lauder, alertó contra el ascenso del antisemitismo en Europa, mencionando 'los últimos acontecimientos en París', donde un individuo mató a cuatro judíos en un supermercado kósher el pasado 9 de enero, en una serie de atentados que dejaron 17 muertos en la capital francesa.
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Los dirigentes del mundo tenían la mirada puesta en Auschwitz este martes. El papa Francisco envió un mensaje en 10 idiomas a sus 7,5 millones de seguidores en Twitter: 'Auschwitz es un grito de dolor que, en ese gran sufrimiento, está pidiendo un futuro de respeto, de paz y de encuentro entre los pueblos'.
Por su parte el presidente norteamericano, Barack Obama, se comprometió a 'no olvidar nunca' a los seis millones de judíos y muchos más que murieron a manos de la Alemania nazi.
Washington y Moscú no enviaron ninguna personalidad de primer plano a este aniversario de la liberación del campo, que también es el Día Internacional de Homenaje a las Víctimas del Holocausto.
El presidente ruso, Vladimir Putin, que no asistió a la ceremonia porque, según él, no le invitaron, lanzó un mensaje a los países occidentales a los que acusa regularmente de querer reescribir la historia. 'Cualquier intento de silenciar acontecimientos, distorsionar o reescribir la historia es inaceptable e inmoral', afirmó.