La inmigrante hondureña indocumentada Ángela Navarro (28) ganó su caso de deportación tras permanecer refugiada en una iglesia de Filadelfia durante casi dos meses.
Ángela Navarro vivió once años con una orden de deportación. Sin embargo, ahora podrá quedarse al lado de sus hijos ciudadanos estadounidenses de 9 y 11 años.
La hondureña no puso un pie fuera de la iglesia de West Kensington Ministry, en el norte de Filadelfia.
'Estoy tan feliz que no lo puedo creer todavía', admitió emocionada por su lucha contra su propia deportación y la de otras personas.
'Ganamos gracias al trabajo de Dios y del Movimiento Nuevo Santuario', expresó. 'Gané con el apoyo de tanta gente, mi familia, mis amigos y comunidad, la presión de la prensa, el clero y los políticos en Filadelfia'.
Ángela era una de ocho inmigrantes con orden de deportación final en todo el país en acudir al Movimiento Nuevo Santuario, como indicó Nicole Scharf Kligerman, organizadora comunitaria del movimiento.
Recibió el respaldo del público y cartas de apoyo del congresista Robert Brady, 11 miembros del Consejo de la ciudad de Filadelfia y la senadora estatal Christine Tartaglione.
También recibió 200 cartas individuales de sacerdotes y 6,100 firmas en una petición pública.
Este sábado 17 de enero saldrá del templo en una ceremonia comunitaria.
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