El asalto al tren postal entre la ciudad escocesa de Glasgow y Londres, conocido como el 'robo del siglo', celebra hoy su 55 aniversario tras pasar a la historia por su meticulosa planificación y su gran botín.
La madrugada del 8 de agosto de 1963, 17 delincuentes -quince ladrones y dos informadores- lograron detener y desvalijar el convoy 'Up Special' de la Oficina Postal Ambulante del Reino Unido a su paso por un puente ferroviario cercano a Aylesbury, a 65 kilómetros de Londres, y hacerse con parte del cargamento millonario que este transportaba, valorado en 47,5 millones de euros actuales.
Ese día, el tren transportaba 126 sacos repletos de dinero procedente de los bancos situados entre ambas localidades, un cargamento que era conocido por unos pocos hombres.
Lo que los encargados de custodiar esa fortuna no sabían es que Ronnie Biggs, Bruce Reynolds y su banda sabían de la existencia de este convoy y estaban dispuestos a llevar a cabo una operación que, de producirse, los retiraría para el resto de su vida.
Lea más: Indonesia: Aumenta a 131 la cifra de los muertos por el terremoto
Así a las 3.15 horas de la mañana, el 'Up Special' se detuvo en el mencionado puente debido a un semáforo en rojo, algo que extrañó al ayudante del maquinista Jack Mills, quien decidió bajarse para ver qué sucedía.
Allí se encontró con quince ladrones disfrazados de soldados, los cuales fueron elegidos meticulosamente por Biggs y Reynolds debido a sus cualidades.
Estos ataron al acompañante del maquinista y subieron al convoy, donde golpearon a Mills con una barra de metal después de que presentara resistencia en el único acto violento del plan.
La operación, que se llevó a cabo en pocos minutos, concluyó con el robo de 118 de los 126 sacos de dinero, que desaparecieron en el interior de dos furgonetas y un camión.
No obstante, el que parecía ser un plan perfecto, contó con un error que terminaría con la identificación y posterior detención de la mayoría de los artífices del robo.
Lea más: Demandan a gobierno de Trump por negar asilo a inmigrantes
La banda se escondió en una granja a la espera de que la tensión se rebajara. Un vecino alertó a Scotland Yard de los extraños movimientos producidos en el lugar, pero cuando esta llegó ya no había rastro de los ladrones ni del botín.
Sin embargo, los culpables se olvidaron un tablero de Monopoly con el que habían estado jugando, el cual contenía sus huellas dactilares, lo que permitió su identificación.
El descuido echó por la borda el perfecto plan ideado por Reynolds, que supo de la existencia del tren de Glasgow en una confidencia carcelaria en 1960 y tres años después lo planificó con su antiguo compañero Biggs.
Los dos líderes del plan lograron huir tras el robo: Reynolds -fallecido en 2013- se escondió durante cinco años en México y Canadá tras someterse a cirugía estética y Biggs fue buscado durante 31 años tras su fuga de prisión en 1965 hasta su captura en 2001, cuando volvió voluntariamente al Reino Unido, donde murió en 2013.
El caso contó con una gran repercusión mediática, tanto a nivel nacional como internacional, lo que propició el lanzamiento de películas, libros y canciones basadas en 'el robo del siglo' y en la vida de sus ejecutores.