La Torre Eiffel, el gran ícono de París visitado cada año por seis millones de turistas, permanecía cerrada este jueves por segundo día consecutivo debido a una huelga de trabajadores, dejando a cientos de turistas decepcionados.
'Estoy muy triste, porque venimos desde Canadá', señaló Adèle Liliane, que se llevó el jueves la mala sorpresa de encontrar cerrada la llamada 'dama de hierro'.
'Nos levantamos a las seis de la mañana para venir a conocer la Torre Eiffel. Llegamos entre los primeros, pero está cerrada', añadió.
El cierre se debe a un conflicto laboral entre la dirección y los trabajadores sobre el nuevo sistema de entrada al monumento, que según el personal está generando largas filas de espera.
La Torre Eiffel dejó de recibir a visitantes el miércoles por la tarde tras la suspensión de las negociaciones entre la dirección y los sindicatos.
Varios turistas se mostraron indignados por el cierre. 'Claro que quiero subir. Es la Torre Eiffel, cuando vienes a París quieres ver la Torre Eiffel', dijo a la AFP Robin Frye, un turista inglés. 'Es frustrante. Francamente arruina todo nuestro viaje', agregó, molesto.
Llevo '28 años esperando venir y hoy está cerrada', se lamentaba el miércoles María, una venezolana, que no dio su apellido. 'No me parece justo para los turistas que venimos desde tan lejos'.
'Es una pena llegar a este punto, penalizar a la gente, pero hicimos todo lo posible para evitarlo', dijo a la AFP Denis Vavassori, representante de la CGT.
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La compañía que gestiona la Torre Eiffel, SETE, señaló por su parte en un comunicado que 'es consciente de la decepción de los visitantes debido al cierre del monumento y en su impacto en la imagen tanto de la ciudad como del país'.
Las negociaciones con los sindicatos se reanudaron el jueves por la mañana. La dirección propuso un acuerdo, que está siendo discutido, para 'reabrir el monumento lo antes posible'.
Los sindicatos de los trabajadores están descontentos con la decisión de asignar elevadores separados a los visitantes que reservan boletos por internet y a los que los compran en las taquillas.
Los empleados afirman que estos cambios han resultado en filas desequilibradas en la que los visitantes sin boletos pueden esperar hasta tres horas y los que adquirieron sus boletos en la web hasta una hora, pese a que en principio éstos reservaron su hora de visita.