París.
El eclipse lunar más largo del siglo XXI tiñó de rojo a nuestro satélite, mientras que Marte, casi en su punto más cercano a la Tierra, brilló con todo su esplendor.
El doble espectáculo se pudo observar a simple vista, sin necesidad de protección como ocurre con los eclipses de sol.
El eclipse, que corresponde al momento en que la Luna se sumerge en la sombra de la Tierra, pudo verse total o parcialmente en medio mundo: África, Europa, Asia y Australia. Pero fue en el este y el sur de África, Oriente Medio e India donde mejor se apreció el espectáculo.
En todos los países concernidos se organizaron actividades para observar el fenómeno.
Cerca del lago Magadi, a 100 kilómetros al suroeste de Nairobi, Kenia, África, una pareja, Susan Muraban y Chu Owen, instalaron su propio telescopio para que los vecinos pudieran admirar el espectáculo. Al mismo tiempo, en Túnez, más de 2,000 personas se congregaron en la Ciudad de las Ciencias de la capital para admirar el eclipse, incluyendo numerosos niños, que esperaban su turno para mirar la luna a través de los telescopios.
En América Latina el eclipse fue visible en la penumbra crepuscular de ayer en la costa oriental del continente, en Brasil, Uruguay y Argentina.
El otro protagonista
Para que tenga lugar un eclipse de luna se necesita una alineación casi perfecta entre el Sol, la Tierra y la Luna. Así, cuando nuestro planeta se encuentra entre la estrella y el satélite, proyecta su sombra sobre la Luna oscureciéndola.
La Luna llena entra poco a poco en la penumbra y después en la sombra para encontrarse totalmente a oscuras antes de salir progresivamente de dicha zona.
El otro protagonista de la noche fue el planeta Marte, que debía situarse a 57.6 millones de kilómetros de la Tierra. Habrá que esperar hasta 2035 para volver a ver el planeta rojo tan cerca de nosotros.
A simple vista se pudo apreciar un punto brillante en el espacio pero solo con un telescopio se apreció sus detalles.
El eclipse lunar más largo del siglo XXI tiñó de rojo a nuestro satélite, mientras que Marte, casi en su punto más cercano a la Tierra, brilló con todo su esplendor.
El doble espectáculo se pudo observar a simple vista, sin necesidad de protección como ocurre con los eclipses de sol.
El eclipse, que corresponde al momento en que la Luna se sumerge en la sombra de la Tierra, pudo verse total o parcialmente en medio mundo: África, Europa, Asia y Australia. Pero fue en el este y el sur de África, Oriente Medio e India donde mejor se apreció el espectáculo.
En todos los países concernidos se organizaron actividades para observar el fenómeno.
En varios países pudo observarse total o parcialmente, pero se apreció mejor en África, Oriente Medio e India.
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En América Latina el eclipse fue visible en la penumbra crepuscular de ayer en la costa oriental del continente, en Brasil, Uruguay y Argentina.
El otro protagonista
Para que tenga lugar un eclipse de luna se necesita una alineación casi perfecta entre el Sol, la Tierra y la Luna. Así, cuando nuestro planeta se encuentra entre la estrella y el satélite, proyecta su sombra sobre la Luna oscureciéndola.
El fenómeno duró 103 minutos por lo que fue el eclipse lunar más largo del siglo. Este es el segundo eclipse total de Luna de 2018, el primero tuvo lugar el 31 de enero.
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El otro protagonista de la noche fue el planeta Marte, que debía situarse a 57.6 millones de kilómetros de la Tierra. Habrá que esperar hasta 2035 para volver a ver el planeta rojo tan cerca de nosotros.
A simple vista se pudo apreciar un punto brillante en el espacio pero solo con un telescopio se apreció sus detalles.