En Nicaragua, donde las fuerzas gubernamentales tomaron el control el miércoles de la ciudad rebelde de Masaya, se cumplen exactamente tres meses de un movimiento de protesta antigubernamental duramente reprimido, que ha dejado unos 280 muertos.
Los manifestantes iniciaron sus protestas en abril, en rechazo a una reforma de las pensiones, que días más tarde fue revocada por el presidente Daniel Ortega, a quien exigen su salida del gobierno. Este exlíder de la revolución sandinista había estado en el poder entre 1979 y 1990, antes de su regreso en 2007.
Estas son las claves de la crisis:
Rechazo a la reforma de pensiones
El 22 de ese mes, Ortega da marcha atrás con la reforma, tras una ola de protestas marcadas por enfrentamientos y saqueos, que dejó 25 muertos en cinco días.
Reclamo de la salida de Ortega
La ONU llama a Nicaragua a que 'inicie investigaciones independientes y transparentes' sobre las víctimas, lamentando posibles 'ejecuciones ilegales'.
Diálogo tenso
El día 28, las partes acuerdan reanudar las conversaciones.
Elecciones anticipadas
El 4 de junio, Rosario Murillo, primera dama y vicepresidenta, hace un llamado al diálogo, sin una propuesta concreta. Al día siguiente, la Organización de los Estados Americanos ( OEA) condena la violencia, sin responsabilizar al régimen por la represión. El día 7, la conferencia episcopal presenta un plan de democratización con anticipadas reformas presidenciales y constitucionales, demandas de los manifestantes.
Paro general
El 14, el país se paraliza por una huelga general, durante un día también marcado por la violencia.
Al día siguiente, contra viento y marea, el gobierno y la oposición llegan a un acuerdo, permitiendo que observadores de derechos humanos ingresen en Nicaragua e investiguen la violencia. La oposición acepta un plan para eliminar los bloqueos.
Ataques a universidad
El día 30, miles de nicaragüenses marchan para exigir la renuncia del presidente. Sin embargo, Ortega descarta el 7 de julio un adelanto de las presidenciales, describiendo a los opositores como 'golpistas'.
El 13 de julio, el país se paraliza nuevamente por una huelga general, después de una marcha masiva el día anterior con el mismo objetivo: la salida de Ortega. Estudiantes de la UNAN son duramente reprimidos y se refugian en un templo cercano: dos jóvenes mueren tras 20 horas de asedio.
El 15 de julio fuerzas progubernamentales lanzan un operativo en Masaya y ciudades vecinas para levantar bloqueos de vías con saldo de 10 muertos.
Asalto a Masaya
Uno de los representantes de la oposición, el líder campesino Medardo Mairena, es acusado por la justicia de terrorismo y de intentar socavar el orden constitucional.
Después de violentos enfrentamientos, las fuerzas progubernamentales toman el control de Monimbó, un barrio rebelde de Masaya.