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Civiles huyen en el sur de Siria ante la amenaza de una ofensiva

  • 24 junio 2018 /

Decenas de familias eligieron un lugar árido para instalarse.

Damasco, Siria.

Habitantes del sur de Siria huyen llevando consigo lonas de plástico, colchones y alfombras de yute, por temor a una ofensiva del régimen de Damasco que el martes comenzó una campaña de bombardeos contra posiciones rebeldes en algunos sectores de Deraa.

'No había previsto partir, pero la violencia de los bombardeos de los últimos días nos obligó a hacerlo', lamentaba Alí al Homsi, mientras descansaba un instante junto a sus hijos con su carpa improvisada a medio terminar.

Este hombre, de unos treinta años, encontró refugio en la provincia de Quneitra luego de abandonar el norte de la región de Deraa.

La campaña de bombardeos comenzada el martes despiertan el temor de una inminente ofensiva terrestre contra los rebeldes del sur.

En los bombardeos mataron a 18 civiles y obligaron a 12,000 personas a huir, según la oenegé Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).

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'Temo que haya guerra, (las fuerzas del régimen) largaron octavillas prometiendo bombardeos y destrucciones', suspira Homsi.

Allegados suyos murieron por la violencia. Huyó entonces de su pueblo, situado en una zona que los habitantes llaman 'el triángulo de la muerte': un sector a caballo entre las provincias de Deraa, Damasco y Quneitra, y en donde en el pasado hubo sangrientos combates.

A su alrededor, en la localidad de Burayqah en donde se instaló, en los altos del Golán, no muy lejos de la frontera con Israel, se está montando un campamento informal. Decenas de familias eligieron este árido lugar para instalarse.

- 'Nos falta todo' -

Bajo un sol abrasador, hombres de todas las edades montan estructuras de hierro, sobre las que extienden lonas blancas.

Un hombre y unos niños buscan piedras que van a utilizar como piso en la carpa. El objetivo es impedir que entren los escorpiones y las serpientes.

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Un poco por todas partes, los de mayor edad y los más jóvenes esperan sobre colchones de diferentes colores que sus tiendas improvisadas estén listas.

'Nos falta todo. Ni siquiera tenemos agua para tomar o para lavar', lamenta Homsi.

Luego de sucesivas ofensivas en diferentes sectores, el régimen de Bashar al Asad logró controlar todos los alrededores de la capital. Ahora concentró sus fuerzas militares en el sur, en donde los rebeldes siguen controlando las provincias de Deraa y de Sueida.

Según la ONU las operaciones del régimen en el sector ponen en peligro a más de 750.000 civiles.

'Los bombardeos son aleatorios', denuncia Fares al Saljadi, de 58 años.

Hace sólo unos días dejó con su familia el norte de Deraa.

'Vinimos hasta aquí en moto. Agarré algunos efectos personales, pero nos falta todo. No hay agua, alimentos, aseos', lamenta. 'Habrá guerra en el sur. Los desplazados vendrán aquí desde todos los pueblos', vaticina.

Para evitar el calor, un hombre y dos mujeres descansan a la sombra de un camión cisterna.

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El sector es estratégico dada su cercanía geográfica con Israel y Jordania. Hasta ahora en el sur de Siria había una relativa calma, en un país destrozado por una compleja guerra comenzada en 2011 y que dejó más de 350.000 muertos.

La zona era objeto desde julio de 2017 de un alto el fuego negociado directamente entre Rusia, Jordania y Estados Unidos.

'Los bombardeos del régimen nos obligaron a venir aquí, las casas casi se nos caen encima', dice Mohamed al Homsi, de unos 70 años.

Tuvo que pagar el equivalente de 19 euros para llevar a su familia hasta Burayqah.

'Nos fuimos bajo los bombardeos. Aquí no hay siquiera una carpa para refugiarnos. Estamos bajo el sol', dice.