Washington, Estados Unidos
Los estados de Texas y Arizona anunciaron que enviarán tropas de la Guardia Nacional a la frontera con México, luego de que el presidente estadounidense Donald Trump ordenara el despliegue de miles de militares para combatir el narcotráfico y la inmigración ilegal.
La Guardia Nacional de Texas dijo que enviará 250 efectivos a la frontera en las próximas 72 horas y que ya había llevado a la zona dos helicópteros, mientras que el gobernador de Arizona informó que mandará 150 uniformados esta semana.
“La Guardia Nacional de Texas se está preparando para desplegar inmediatamente aeronaves de apoyo, vehículos y equipamiento a la frontera entre Texas y México”, dijo a reporteros la comandante general de la Guardia Nacional de ese estado, Tracy Norris.
“Este despliegue ha comenzado con el movimiento de equipos y tropa hoy (viernes). En 72 horas, el departamento militar de Texas tendrá 250 efectivos, además de vehículos de vigilancia en terreno así como plataformas de aviación ligeras y medianas”, añadió.
En tanto, el gobernador de Arizona, Doug Ducey, anunció sus planes en un tuit. Abbott y Ducey son republicanos, igual que la gobernadora de Nuevo México, Susana Martínez, que, sin dar todavía cifras, ha mostrado su apoyo al despliegue.
Falta por saber el nivel de colaboración del cuarto estado que comparte frontera con México: California, cuyos dirigentes demócratas se han opuesto a la mayoría de medidas migratorias de Trump hasta la fecha.
El secretario de Defensa, Jim Mattis, firmó una orden para que “hasta 4,000 efectivos de la Guardia Nacional apoyen al DHS (Departamento de Seguridad Nacional) en su misión de asegurar la frontera sur, bajo el comando y control de sus respectivos gobernadores hasta el 30 de septiembre de 2018”, según un memorando.
El texto del Departamento de Defensa establece que las tropas no desarrollarán actividades de orden público sin la aprobación del secretario de Defensa y que estarán armadas solo “en circunstancias en las que pudieran requerir defenderse”. La ley estadounidense prohíbe usar a los militares para tareas de seguridad y orden público a nivel nacional, por lo que la Guardia Nacional tendrá un papel limitado en la frontera y no podrá dedicarse a detener inmigrantes que lleguen a la zona limítrofe.
El interés de Trump por la militarización de la frontera se desató el pasado fin de semana al conocer que una caravana de inmigrantes centroamericanos recorría México hacia EUA.