'Dilúyanse, háganse cada vez menos', fue la instrucción de autoridades migratorias mexicanas a activistas que acompañan al 'Viacrucis Migrante', la caravana de más de 1.000 centroamericanos, la mayoría hondureños, que recorre México hacia Estados Unidos y que ha enfurecido al presidente Donald Trump.
La caravana, en la que viajan familias completas, hasta con una veintena de integrantes incluidos abuelos, está detenida desde el fin de semana en Matías Romero, en el sureño estado de Oaxaca.
Ahí se ha instalado un diálogo entre los activistas que acompañan a los migrantes y las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM).
'Hoy (lunes) tuvimos un encuentro con la delegación del INM y ofreció ciertos beneficios, como visas humanitarias o permisos de libre tránsito', dice a la AFP vía telefónica un miembro de la Coordinación de Pueblos sin Fronteras.
Pero habla bajo condición de anonimato porque, denuncia, desde que las imágenes de los migrantes, algunos andrajosos y caminando con sus pocas pertenencias a cuestas, fueron difundidas en medios estadounidenses han recibido amenazas.
'Nos llaman a nuestros celulares, nos mandan mensajes amenazantes, de muerte incluso. Es el sector racista de Estados Unidos', relata el activista.
El lunes, Trump descargó su furia en una serie de tuits contra el avance de la movilización: 'México tiene poder absoluto para no dejar que esa enorme 'caravana' de personas ingrese a nuestro país. Deben detenerla en su frontera norte', escribió el mandatario en Twitter.
La caravana partió el 25 de marzo de Tapachula, Chiapas, fronteriza con Guatemala. El 80% son hondureños (unos 900), el resto guatemaltecos, salvadoreños y nicaragüenses.
El recorrido no ha sido obstaculizado por policías o agentes migratorios, pero en el encuentro con personal del INM se percibía una advertencia, según la Coordinadora.
'Nos dicen: 'Dilúyanse, háganse cada vez menos'. Es por Trump, hay mucha presión para México. Nos han deslizado que si continúa en la misma dimensión y con revuelo mediático, pueden emprender acciones', relata el activista.
Y en un afán porque se reduzca el volumen de la caravana, el INM ofreció visas humanitarias de un año -renovables a un segundo año- a aquellos migrantes que califiquen, principalmente aquellos que viajan con menores, padecen alguna enfermedad o mujeres embarazadas.
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Este martes, detalla, el INM instala en Salina Cruz una mesa de trámites con la asistencia de personal consular de países centroamericanos.
Estima que poco menos de la mitad está ilusionado con obtener la visa humanitaria y quedarse en México y el resto no ceja en llegar hasta Estados Unidos 'para cruzar legal o ilegalmente'.
Si se cumple el ofrecimiento del INM, el tamaño de la caravana se reducirá pero poco, según el activista, porque solo algunos viajan con menores.
Vendría entonces, el jueves, otra etapa del 'Viacrucis migrante': la ciudad de Puebla, donde recibirán asesoría de abogados mexicanos y estadounidenses que analizarán sus posibilidades de obtener refugio en Estados Unidos.