El presidente estadounidense, Donald Trump, partió de Manila este martes tras un viaje de 12 días por Asia, su primero en la región desde que asumió el poder y que fue, según él, 'muy exitoso'.
El avión presidencial Air Force One despegó del aeropuerto internacional Ninoy Aquino a media tarde, al término de un periplo que llevó al mandatario a Japón, Corea del Sur, China, Vietnam y Filipinas.
'He hecho muchos amigos, al más alto nivel', declaró a los periodistas antes de partir. 'Hemos trabajado duro y creo que los frutos de nuestro trabajo serán increíbles', añadió.
El viaje, durante el cual Trump fue recibido con gran pompa, estuvo en gran parte dedicado a la crisis nuclear con Corea del Norte.
En cada etapa, el presidente recalcó su voluntad de reequilibrar la balanza comercial con esta región del mundo y abogó -sin obtener grandes avances- por un mejor acceso a los mercados asiáticos para las empresas estadounidenses.
Trump protagonizó el martes una brevísima aparición en la cumbre de Asia Oriental pero se fue incluso antes de la tradicional foto de familia y de la ceremonia de apertura.
Refiriéndose a su reunión, el lunes, con su homólogo filipino Rodrigo Duterte, se congratuló de haber marcado una ruptura con su predecesor Barack Obama quien, según él, tenía 'muchos problemas' con Manila.
'Es muy importante que tengamos buenas relaciones con Filipinas y ese es el caso', subrayó.
La sangrienta 'guerra contra la droga' del presidente filipino, de la que Trump no dijo ni una palabra, le ha costado a Manila encendidas críticas por parte de la comunidad internacional.
Hace un año, en una cumbre de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sureste Asiático), en Laos, Obama canceló su encuentro con Duterte después de que este hubiera hablado de él como de un 'hijo de puta'.
Si bien la Casa Blanca aseguró que se trató 'brevemente' la cuestión de los derechos humanos entre ambos dirigentes, la presidencia filipina dijo que no se habló de ese tema. AFP