El presidente de EUA, Donald Trump, y la primera dama, Melania, viajaron a Las Vegas, donde tienen previsto reunirse con policías y víctimas del tiroteo que acabó con la vida de 59 personas y dejó más de 500 heridos.
'Este es un día muy triste para mí, personalmente', dijo Trump a la prensa a su salida de la Casa Blanca.
El magnate tiene previsto reunirse en Las Vegas con las víctimas de la masacre, así como con las fuerzas de seguridad y servicios de emergencia que respondieron al ataque y están haciendo un 'fantástico trabajo'.
El domingo, desde la ventana de su habitación en el piso 32 de un hotel, Stephen Paddock disparó contra una multitud que asistía a un festival de música country durante un intervalo de entre 9 y 11 minutos y con rifles semiautomáticos que había modificado para que dispararan más rápido.
En declaraciones el martes a la prensa, Trump aseguró que desconoce si el autor del tiroteo tenía algún tipo de vínculo con el grupo yihadista Estado Islámico (Isis).
Aunque el Isis asumió la autoría del tiroteo, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de EUA ha descartado por ahora cualquier vínculo de Paddock con grupos terroristas extranjeros.
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El mandatario ha evitado tras la masacre hablar del control de las armas de fuego en Estados Unidos, aunque ayer reconoció a bordo del Air Force One que 'quizá' ese debate se abra 'en algún momento'.
Durante la campaña electoral de 2016, Trump recibió el apoyo de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), el mayor grupo de presión ('lobby') contrario al control de armas de fuego en EUA y que destina millones de dólares a proteger la Segunda Enmienda de la Constitución, que protege el derecho a portar armas. EFE