Barcelona, España.
Miles de personas marcharon ayer en Barcelona y otras ciudades de Cataluña para denunciar la violencia policial y en defensa del referéndum de autodeterminación, que fue duramente reprimido el domingo por la Policía Nacional y la Guardia Civil.
“Esto con Franco (el dictador), sí pasaba, esto con Franco, sí pasaba”, cantaban los manifestantes, muchos de ellos estudiantes. Según la policía municipal, eran unos 15,000. Cantaron y bailaron en la plaza Cataluña, en el extremo de la turística avenida de Las Ramblas. Ondeando banderas independentistas, portaban pancartas en las que exigían más democracia.
El domingo, policías antimotines irrumpieron en decenas de centros de
votación para confiscar urnas y material electoral, con el fin de impedir el referéndum prohibido por la justicia. Policías y guardias civiles recurrieron a porras, patadas, empujones y, en algunas ocasiones, balas de goma, provocando escenas que conmocionaron a la
opinión pública mundial. Hasta ayer, cuatro personas seguían hospitalizadas, dos de ellas en estado crítico, según el gobierno regional. “Vi cómo a mi padre lo levantaban y lo arrastraban, y a mi profesora de danza recibir puñetazos, cabezazos. Nos
amenazaron con rompernos los dedos”, dijo Patricia Ventura, de 19 años.
“Yo conozco a muchas personas que no son independentistas y ayer salieron a la calle porque estaban indignadas...Esto es pisar los derechos humanos y es una vergüenza”, dijo Blanca Pi, de 42 años.
El presidente independentista catalán,
Carles Puigdemont, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, participaron en una concentración de centenares de personas en repudio a la violencia. “Lo que pasó es repugnante, para mí supone una ruptura”, declaró Helena Vidal, una empleada bancaria de 30 años.
Otras manifestaciones tuvieron lugar en Gerona y en Lérida.
¿Qué sigue?
Puigdemont repitió hasta la víspera de la votación que proclamaría la independencia de ganar el sí.
Y así debería ser, ya que según el gobierno catalán, un 90% se pronunció a favor del sí con un 42,3% de participación.
Puigdemont anunció la noche del domingo que transmitiría al legislativo regional los resultados “para que todo se desarrolle según está previsto en la ley del referéndum” aprobada el 6 de septiembre, que prevé que el parlamento proclame la independencia dos días después de la publicación oficial de los resultados. Para Oriol Bartomeus, politólogo de la
Universidad Autónoma de Barcelona, los independentistas “están atrapados” por el referéndum, que les fuerza a cumplir con sus promesas. “Esto es una bola de nieve que va bajando la montaña, que va cogiendo velocidad y que nadie puede detener”, estimó Bartomeus.
Si se declara la independencia, “obligará al Estado a intervenir”, a juicio de Javier Pérez Royo, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Sevilla. Cita el artículo 155 de la Constitución española que permite al gobierno, si una región viola sus obligaciones constitucionales y legales o atenta “gravemente al interés general de España”, de “obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones”. Nunca se ha utilizado.
Miles de personas marcharon ayer en Barcelona y otras ciudades de Cataluña para denunciar la violencia policial y en defensa del referéndum de autodeterminación, que fue duramente reprimido el domingo por la Policía Nacional y la Guardia Civil.
“Esto con Franco (el dictador), sí pasaba, esto con Franco, sí pasaba”, cantaban los manifestantes, muchos de ellos estudiantes. Según la policía municipal, eran unos 15,000. Cantaron y bailaron en la plaza Cataluña, en el extremo de la turística avenida de Las Ramblas. Ondeando banderas independentistas, portaban pancartas en las que exigían más democracia.
También se presentaron frente al cuartel general de la policía para denunciar la violencia que usaron para confiscar las urnas.
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“Yo conozco a muchas personas que no son independentistas y ayer salieron a la calle porque estaban indignadas...Esto es pisar los derechos humanos y es una vergüenza”, dijo Blanca Pi, de 42 años.
El presidente catalán, Carles Puigdemont, se unió a las marchas.
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Otras manifestaciones tuvieron lugar en Gerona y en Lérida.
¿Qué sigue?
Puigdemont repitió hasta la víspera de la votación que proclamaría la independencia de ganar el sí.
Y así debería ser, ya que según el gobierno catalán, un 90% se pronunció a favor del sí con un 42,3% de participación.
4% es el porcentaje de urnas que logró cerrar el gobierno español con su despliegue policial. Para el politólogo Pablo Simón, “se constató que el gobierno no controla el territorio en Cataluña”.
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Si se declara la independencia, “obligará al Estado a intervenir”, a juicio de Javier Pérez Royo, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Sevilla. Cita el artículo 155 de la Constitución española que permite al gobierno, si una región viola sus obligaciones constitucionales y legales o atenta “gravemente al interés general de España”, de “obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones”. Nunca se ha utilizado.