Houston, Estados Unidos.
Para miles de indocumentados, entre ellos hondureños, que viven en Texas, Estados Unidos, el primero de septiembre iba a ser el comienzo de una trágica cacería, sin embargo, la denominada ley antiinmigrante no entrará en vigor.
En primera instancia, la ley SB4 no iba a entrar en vigencia debido al daño que ha ocasionado el paso del huracán Harvey por Texas. Sin embargo, ayer un juez federal detuvo temporalmente las disposiciones más controversiales de la normativa aprobada por el gobernador Greg Abbott. Es decir, la existencia de las llamadas “ciudades santuario” y que la Policía pueda detener a cualquier persona y solicitarle documentos que muestran su “legalidad” dentro de ese estado. También que los agentes policiales envíen la información al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos ( ICE) para que investiguen el historial migratorio del detenido y, si no tiene cuentas pendientes con la justicia, sea deportado.
El fallo también impedirá temporalmente que los oficiales de Policía puedan mantener a las personas detenidas por más de 48 horas. Asimismo, que ingresen a universidades y soliciten documentos a los jóvenes.
“Las autoridades han dicho que mientras mantengan esta situación no van a buscar a inmigrantes para deportarlos, porque la prioridad ahora es que todas las personas estén a salvo”, explicó Gabriela Vega, directora del consulado de Honduras en Houston, Texas.
Vega detalló que la ordenanza que tienen los agentes policiales es “ayudar a las personas sin pedirles nombres, nacionalidad ni estatus migratorio”. Es por ello que Cancillería todavía desconoce la cantidad de compatriotas albergados porque perdieron sus viviendas a causa de las inundaciones.
Según el último censo realizado por Cancillería, en Texas residen unos 90 mil compatriotas, entre naturalizados, personas con visa de estudiante o de trabajo, residentes permanentes y los compatriotas que están bajo el estatus de refugiados.
Para miles de indocumentados, entre ellos hondureños, que viven en Texas, Estados Unidos, el primero de septiembre iba a ser el comienzo de una trágica cacería, sin embargo, la denominada ley antiinmigrante no entrará en vigor.
En primera instancia, la ley SB4 no iba a entrar en vigencia debido al daño que ha ocasionado el paso del huracán Harvey por Texas. Sin embargo, ayer un juez federal detuvo temporalmente las disposiciones más controversiales de la normativa aprobada por el gobernador Greg Abbott. Es decir, la existencia de las llamadas “ciudades santuario” y que la Policía pueda detener a cualquier persona y solicitarle documentos que muestran su “legalidad” dentro de ese estado. También que los agentes policiales envíen la información al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos ( ICE) para que investiguen el historial migratorio del detenido y, si no tiene cuentas pendientes con la justicia, sea deportado.
El fallo también impedirá temporalmente que los oficiales de Policía puedan mantener a las personas detenidas por más de 48 horas. Asimismo, que ingresen a universidades y soliciten documentos a los jóvenes.
“Las autoridades han dicho que mientras mantengan esta situación no van a buscar a inmigrantes para deportarlos, porque la prioridad ahora es que todas las personas estén a salvo”, explicó Gabriela Vega, directora del consulado de Honduras en Houston, Texas.
Vega detalló que la ordenanza que tienen los agentes policiales es “ayudar a las personas sin pedirles nombres, nacionalidad ni estatus migratorio”. Es por ello que Cancillería todavía desconoce la cantidad de compatriotas albergados porque perdieron sus viviendas a causa de las inundaciones.
Según el último censo realizado por Cancillería, en Texas residen unos 90 mil compatriotas, entre naturalizados, personas con visa de estudiante o de trabajo, residentes permanentes y los compatriotas que están bajo el estatus de refugiados.
