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Guatemala evalúa reactivar pena de muerte

  • 23 agosto 2017 /

Congresistas solicitan volver a aplicar este castigo para combatir la actual violencia.

Ciudad de Guatemala.

El portavoz de la Presidencia de Guatemala, Heinz Heimann, anunció ayer que el Gobierno evalúa la posibilidad de reactivar la pena de muerte, que no se aplica desde el año 2000, como una medida para luchar contra la violencia.

En una conferencia de prensa, el vocero dijo que “se valora discutir la implementación de la pena de muerte” después de los atentados “ terroristas” sucedidos en los últimos tiempos, como el tiroteo perpetrado contra el Hospital Roosevelt la semana pasada, donde murieron 7 personas y 11 quedaron heridas.

Heimann avanzó que esta posibilidad, que “se ha venido dando en los últimos días y que es necesario revisar dado la coyuntura” que se está viviendo en Guatemala “tan violenta”, forma parte de un nuevo modelo que se impulsa desde el Gobierno para garantizar la gobernabilidad y la seguridad integral de los guatemaltecos que busca prevenir “actos de terrorismo”.

El presidente guatemalteco, Jimmy Morales, se reunirá maña por la tarde con el secretario de la ONU, Antonio Guterres, en Nueva York para tratar este y otros temas de Estado, dentro de los cuáles se buscará mejorar las capacidades de la CICIG, cuyo mandato termina en 2019.

También solicitarán más apoyo nacional e internacional para combatir la impunidad, la corrupción, la trata de personas o el crimen organizado, pues “no habíamos tenido tantos casos” como ahora, que demuestran que las estructuras criminales están más organizadas y llegan a tener un carácter “trasnacional”.

El pasado fin de semana, el congresista del partido oficial Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), Marcos Fernando Yax, convocó una manifestación para pedir la reactivación de la pena de muerte, que no se aplica desde que en el año 2000 fueran ejecutados dos secuestradores mediante inyección letal.

Según explicó a Efe es una de las medidas para acabar con la violencia en uno de los países más violentos del mundo, y lamentó que se defiendan los derechos humanos “de los asesinos”. El pueblo, dijo, está “sediento de justicia” y esta manifestación es la “demanda del pueblo”.