Los esfuerzos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de frenar la inmigración sufrieron un golpe este jueves, pues la Corte Suprema de Justicia restringió la posibilidad del gobierno de quitar la ciudadanía a estadounidenses nacionalizados.
En una votación unánime de 9-0, los jueces decretaron que un ciudadano naturalizado estadounidense solo puede perder dicha nacionalidad si se descubre que, en el momento en que ingresó al país, ocultó información que hubiese conducido a los funcionarios de inmigración a negarle la entrada.
Esta decisión, que podría tener repercusiones de importancia para millones de inmigrantes, refugiados y ciudadanos naturalizados, fue tomada a raíz de un caso de una pareja serbobosnia que en el momento de ingresar al país ocultó información sobre el pasado del marido.
Debido a esa falta, se decidió que la ciudadanía que obtuvo Maslenjak ocho años después era nula. Ella y su familia fueron deportados a Serbia en octubre.
Pero los jueces de la Corte Suprema se preguntaron si esas omisiones, que fueron vistas como mentiras, eran suficientes para anular la ciudadanía estadounidense.
'Imaginen que por razones de vergüenza o cualquier otra, una persona no quiso decir que perteneció a un grupo cualquiera de apoyo en internet, o no informó sobre una multa por exceso de velocidad', escribió la juez Elena Kagan al justificar la decisión.
Permitir que el gobierno pudiera revocar la ciudadanía por tan pequeñas faltas 'le daría a los fiscales una influencia casi ilimitada y los recién naturalizados no tendrían seguridad', añadió.
En el caso de Divna Maslenjak, su marido formaba parte del ejército serbobosnio cuando el mismo estuvo vinculado a una de los mayores crímenes de la guerra de los Balcanes: la masacre de Srebrenica en julio de 1995, en la que murieron 8,000 hombres y niños.
Pero cuando solicitó asilo, ella afirmó que su esposo, Ratko Maslenjak, había estado fuera del ejército entre 1992 y 1997.
Cada año, 780,000 personas se naturalizan estadounidenses. AFP