El presidente ruso, Vladímir Putin, negó hoy se vaya a prohibir la película 'Matilda', que narra la relación prematrimonial entre el último zar, Nicolás II, y una famosa bailarina.
'Usted ha dicho que alguien intenta prohibirla. Nadie la intenta prohibir', afirmó Putin durante el programa Línea Directa, en el que anualmente la ciudadanía puede formularle cuestiones.
Putin respondió así al director de 'Matilda', Alexéi Uchítel, que acusó a la diputada Natalia Poklónskaya, antigua fiscal de Crimea, de perseguirle y querer prohibir la proyección de la cinta.
'Poklónskaya tiene derecho a su propio punto de vista (...), ella intenta defender esa posición, ha recurrido a diferentes instancias, pero, como usted sabe, no hay ninguna decisión o prohibición', insistió el líder ruso.
Y llamó a ambas partes a respetarse y entablar un diálogo en el marco de la ley.
En respuesta, Uchítel aseguró que en la reciente ceremonia del Día de Rusia en el Kremlin se ofreció a mostrarle la película a la diputada, pero ésta se negó, lo que según el director demuestra la gratuidad de sus acusaciones.
Tanto la Iglesia Ortodoxa Rusa como la Casa Imperial rusa consideran una 'blasfemia' hablar con tanta ligereza sobre ciertos aspectos de la vida del último zar -para ellos escabrosos-, santificado en el año 2000.
La campaña tiene como portavoz a Poklónskaya, que sorprendió a propios y extraños en la última marcha en honor a los caídos en la Segunda Guerra Mundial con un icono de Nicolás II.
'Rusia es presentada en la película como un país de ahorcamientos, alcoholismo y lujuria', rezaba la denuncia judicial de la diputada.
Uchítel lamenta que todo el mundo critique una película que 'nadie ha visto', basándose solo en el tráiler, y se mostró dispuesto a mostrarle la cinta a todos los detractores.
En su momento, un grupo de cineastas rusos firmaron una carta abierta en la que criticaron los intentos de censurar la película como ocurría en tiempos soviéticos.