Washington, Estados Unidos.
En una audiencia histórica ante el Congreso de EUA, los directores de las principales agencias de seguridad de Estados Unidos dejaron en evidencia al presidente Donald Trump.
El jefe del FBI, James Comey, confirmó que están investigando la presunta intervención de Rusia en la campaña electoral de ese país y su colaboración con el equipo de Trump, reveló que no es cierto que Barack Obama espiara al magnate durante la campaña, y desmintió las acusaciones del Presidente de que hubiera fraude electoral en los comicios.
Todo esto mientras Trump tuiteaba en vivo desde la cuenta presidencial, ofreciendo una versión opuesta a lo declarado en la comisión y haciendo uso de su frase más común: “noticias falsas”.
Pero Comey continúo con su testimonio, rompiendo con el tradicional silencio del FBI para confirmar que su agencia está interesada en ahondar en la compleja polémica rusa que se ciñe a la joven presidencia del magnate.
“El FBI está investigando los esfuerzos del Gobierno ruso para interferir en la elección presidencial de 2016”, declaró Comey durante la sesión, difundida por varias cadenas de televisión.
Comey señaló que “eso incluye investigar la naturaleza de los lazos entre individuos asociados con la campaña de Trump y el Gobierno ruso y si hubo alguna coordinación entre la campaña y los esfuerzos de Rusia”.
Señaló que la investigación se remonta a julio de 2016, en plena campaña electoral, cuando el Gobierno tuvo conocimiento de que piratas informáticos vulneraron los terminales y las comunicaciones del Partido Demócrata.
Pero rechazó citar nombres o adelantar sobre la naturaleza de los lazos entre algunos personajes del entorno de Trump y el Gobierno ruso.
En una audiencia histórica ante el Congreso de EUA, los directores de las principales agencias de seguridad de Estados Unidos dejaron en evidencia al presidente Donald Trump.
El jefe del FBI, James Comey, confirmó que están investigando la presunta intervención de Rusia en la campaña electoral de ese país y su colaboración con el equipo de Trump, reveló que no es cierto que Barack Obama espiara al magnate durante la campaña, y desmintió las acusaciones del Presidente de que hubiera fraude electoral en los comicios.
Segundo plano
La audiencia para designar al candidato de Trump, Neil Gorsuch, en la Corte Suprema, continuará este martes.
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Pero Comey continúo con su testimonio, rompiendo con el tradicional silencio del FBI para confirmar que su agencia está interesada en ahondar en la compleja polémica rusa que se ciñe a la joven presidencia del magnate.
“El FBI está investigando los esfuerzos del Gobierno ruso para interferir en la elección presidencial de 2016”, declaró Comey durante la sesión, difundida por varias cadenas de televisión.
Comey señaló que “eso incluye investigar la naturaleza de los lazos entre individuos asociados con la campaña de Trump y el Gobierno ruso y si hubo alguna coordinación entre la campaña y los esfuerzos de Rusia”.
Señaló que la investigación se remonta a julio de 2016, en plena campaña electoral, cuando el Gobierno tuvo conocimiento de que piratas informáticos vulneraron los terminales y las comunicaciones del Partido Demócrata.
Pero rechazó citar nombres o adelantar sobre la naturaleza de los lazos entre algunos personajes del entorno de Trump y el Gobierno ruso.
No hay pruebas
“Investigar y tener pruebas son dos cosas diferentes”, defendió el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.
“Nada ha cambiado. Altos funcionarios de inteligencia han declarado públicamente que no hay evidencia de una colusión Trump-Rusia”, expresó.
Las claves
1. El futuro político de Trump está en juego
Además del FBI, dos comités parlamentarios investigan la trama rusa en las elecciones presidenciales que podrían haber ayudado al magnate a obtener la victoria.
2. Amenazas de Trump contra el FBI
El magnate arremetió contra los servicios de inteligencia, acusando públicamente al FBI de incompetencia por no detener las filtraciones de la Casa Blanca, a la vez que lanzó una distracción con las acusaciones contra Obama.
3. El chiste a Merkel complica investigación
La NSA afirmó que el chiste de Trump a la canciller alemana Angela Merkel, de que ambos tienen en común haber sido espiados por Obama, “claramente complica las cosas” en la investigación.
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La declaración de Comey confirmó semanas de reportes en los medios estadounidenses según los cuales la Policía Federal investigaba la explosiva acusación de que la sorpresiva victoria de Trump sobre la demócrata Hillary Clinton en noviembre fue ayudada por Rusia.
En enero, la Inteligencia estadounidense concluyó que Rusia intentó interferir en las elecciones de noviembre en favor de Trump, lo que Moscú niega.
El jefe de la comisión, el diputado republicano Devin Nunes, inició la sesión afirmando que ese panel “no había visto evidencia hasta la fecha de que miembros de la campaña conspiraron con agentes rusos”.
Pero el demócrata Adam Schiff, subjefe del panel, detalló una lista de presuntos vínculos y comunicaciones entre el equipo de Trump y Rusia.
“¿Es posible que todos estos eventos y reportes sean completamente inconexos y nada más que una completamente infeliz coincidencia? Sí, es posible”, señaló.
“Pero también es posible, quizá más que posible, que no sean coincidencia, que no estén desconectados y no sean inconexos”, añadió.
Comey repetidas veces declinó comentar sobre esos señalamientos, argumentando la necesidad de proteger una investigación aún abierta.
No hay espionaje
Cuando la audiencia giró hacia la acusación de Trump en Twitter de que Obama intervino las comunicaciones de su base de operaciones en Nueva York, Comey fue categórico.
“El FBI no tiene información que apoye esos tuits”, dijo, explicando que esa afirmación es compartida por el Departamento de Justicia.
“Ningún presidente podría ordenar este tipo de escuchas”, explicó. Y subrayó el “rigor” del procedimiento jurídico que se necesita para espiar los teléfonos de ciudadanos estadounidenses, lo que implica la firma de un juez especializado.
Trump había publicado el 4 de marzo en Twitter que Obama había “pinchado” su teléfono, una acusación que ha concentrado el debate político en Washington.
La Casa Blanca incluso sugirió la semana pasada, citando a un comentador conservador, que la agencia de espionaje británica GCHQ había cooperado con Obama en el presunto espionaje.
“Tres fuentes de inteligencia han informado a Fox News que el presidente Obama se saltó la cadena de mando (para espiar a Trump). No usó la NSA, no usó la CIA... Usó el GCHQ (Centro de Comunicaciones del Gobierno británico, división de la inteligencia dedicada a las escuchas)”, dijo Spicer al citar al comentarista Andrew Napolitano.
El jefe de la Agencia de Seguridad Nacional, el almirante Mike Rogers, rechazó esa acusación, señalando que iba en contra del acuerdo de cooperación sobre inteligencia entre Estados Unidos y sus principales aliados.
“No he visto nada del lado de la NSA de que haya hecho tal cosa o de que alguien nos lo pidiera”, aclaró Rogers durante la sesión.
Aunque varias comisiones del Congreso iniciaron investigaciones sobre la interferencia rusa, hasta ahora el asunto no se había ventilado públicamente en una audiencia, mucho menos con la comparecencia de las cabezas del FBI y la NSA.
Pero algunos diputados republicanos estaban más interesados en la filtración de información confidencial que ha asediado al Gobierno de Trump.
“Buscamos determinar quién ha filtrado o ayudado a filtrar información confidencial, para que estos individuos sean llevados a la justicia”, declaró Nunes.
En tanto, los demócratas exigieron una disculpa de Trump para Obama por las acusaciones de espionaje, desmentidas por Comey. Sin embargo, Spicer insistió en que el Presidente no se retractará de sus afirmaciones y tampoco pedirá disculpas a su antecesor.