Primero, un bramido lejano, que viene de las alturas. Luego una riada sucia y violenta. El wayq'u o huaico, una avalancha de lodo y piedras, desciende de los cerros como una serpiente de barro que en estos días se está comiendo las costas de Perú.
Wayq'u quiere decir quebrada en quechua, esa división entre los cerros por donde el agua desciende en época de lluvias. Esta vez, la voraz serpiente trascendió los Andes, a cuya población usualmente golpea, y llegó a morder los pies de la centralista Lima, asustando a sus habitantes.
'Está todo inundado, todo (...) Estamos incomunicados porque ni siquiera hay luz. Estamos prácticamente aislados por el río', dice a la AFP Milagros Meléndez.
Usando una polea y ayudada por la policía, Milagros acaba de cruzar una avenida en el sector de Huachipa, este de Lima. A sus pies, el río de lodo discurre amenazando con tragársela si se suelta. Edwin Maricahua también se cuelga, y hace lo mismo.
'Es una cosa inesperada, pero qué se puede hacer. Son cosas naturales que uno no se las espera. Pero ahí vamos', dice Edwin. Tampoco puede soltarse. Al otro lado ya cruzaron su esposa y su hija. Poco después, en apoyo de la policía, llegan los bomberos, que colocan su escalera telescópica a manera de puente. Hay que acelerar el rescate.
Los mismos errores
Ya suman al menos 65 los muertos, 72,115 los damnificados -es decir, que lo perdieron todo- y 567,551 los afectados -que sufrieron daños menores- desde enero hasta ahora, por culpa de 'El Niño Costero', un calentamiento del mar frente a la costa peruana que genera alta evaporación y posteriores lluvias, que se ve favorecido por ausencia de vientos.
En el caso de Lima, las precipitaciones llenan el río Huaycoloro -que se activa sólo en verano- y el Rímac, principal abastecedor de agua de la capital. No es la primera vez que ocurre, claro. El Niño ha impactado Perú y su capital en 1982-83 y 1997-98.
El gobierno central critica la falta de gestión de los gobiernos regionales y municipios que, pese a contar con presupuesto, no invierten en prevención. Estos últimos le devuelven la crítica y les exigen más apoyo. Mientras tanto las zonas afectadas suelen ser usualmente las mismas: el mismo puente, el mismo río, el mismo barrio. Los mismos errores.
Las lluvias han azotado toda la costa norte de Perú: Tumbes, Piura, Lambayeque, La Libertad, Ancash, además de la capital Lima, en mayor o menor grado.