Estados Unidos anunció el despliegue de su sistema antimisiles en Corea del Sur luego de que el régimen norcoreano disparara una salva de misiles, destinada según Pyongyang a ensayar un eventual ataque contra bases norteamericanas en Japón.
Según un responsable norteamericano, en total cinco misiles balísticos fueron disparados el lunes por Corea del Norte: uno de ellos se estrelló en la Península de Corea y los otros cuatro cayeron en el Mar de Japón.
Fuentes estadounidenses y surcoreanas indicaron que no fueron missiles balísticos intercontinentales (ICBM) como los que Pyongyang sueña con dotarse para alcanzar a Estados Unidos.
Se trataría más bien de misiles balísticos de menor alcance, inspirados en los misiles de la era soviética Scud, según las fuentes.
El líder norcoreano Kim Jong-un ordenó y supervisó el disparo de los misiles por una unidad de artillería, indicó la agencia norcoreana KCNA.
El objetivo era entrenarse para 'golpear a las bases de las fuerzas imperialistas estadounidenses de agresión en Japón, en caso de que sea necesario'. Tres de los proyectiles cayeron cerca de las costas de Japón, dentro de las 200 millas de su zona económica exclusiva, según Tokio.
Reacción de Trump
Kim Jong-Un intenta desarrollar un misil balístico intercontinental capaz de llegar hasta Estados Unidos, algo que según advirtió hace meses el presidente Donald Trump 'no sucederá'.
Washington ha advertido en varias oportunidades que no tolerará que Corea del Norte acceda al arma nuclear. Estados Unidos presiona además a China, principal aliado y socio comercial de Corea del Norte, a hacer lo máximo para controlar a su país vecino.