La muerte de un niño hispano mantiene conmocionados a los residentes de Los Ángeles, California, luego de que se conocieran nuevos detalles del espeluznante caso.
El menor Yónatan Aguilar, que falleció el pasado 22 de agosto a la edad de 11 años habría sido sedado y oculto dentro de un clóset durante unos tres años, antes de que la Policía encontrara su cadáver, según documentos judiciales publicados por el diario Los Angeles Times.
El cuerpo de Yónatan, quien sufría de autismo, fue hallado en el interior de un clóset y tapado con una cobija de la que salieron un par de cucarachas cuando fue removida.
Un oficial de la Policía calificó la escena como una de las peores que había visto en sus 25 años de carrera. El niño, de complexión esquelética, estaba pálido, rígido y en posición fetal.
La madre del menor, Verónica Aguilar de 39 años, acusada por la muerte de Yónatan, negaba la presencia del niño afirmando que se encontraba estudiando en México, según documentos de la corte.
Las autoridades estiman que el menor permaneció escondido en el armario desde 2012, luego de que funcionarios escolares detectaron que había llegado a la escuela con un ojo morado y que robaba alimentos. La madre explicó al terapista que el niño había vivido con su abuela desde los tres años y que desarrolló ese hábito al pasar hambre.
El menor estaba severamente desnutrido al momento de su muerte, pesando apenas 34 libras, el peso de un menor de 4 años. El detectivo que encontró su cuerpo indicó que tenía espuma en la nariz y que habían varias pastillas a su alrededor, los supuestos sedantes que le suministraban.
La mujer informó a su exmarido sobre la muerte del niño, quien la denunció ante las autoridades. Verónica se declaró no culpable ante un juez de la muerte de su hijo.