El Instituto de Ciencias Forenses (Incifo), dependiente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF), entregó un total de 11 cadáveres de migrantes hondureños, hallados en 2011 en fosas clandestinas ubicadas en el municipio de San Fernando, Tamaulipas.
Un equipo de antropólogos forenses argentinos les practicó diversos estudios periciales que permitieron conocer su identidad, según informa Noticieros Televisa.
LEA: La pesadilla de los migrantes hondureños
La vinculación de la Procuraduría General de la República, el grupo de antropólogos argentinos y el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, en su carácter de coadyuvante en el resguardo de los cadáveres y la utilización de sus instalaciones para la práctica de los estudios correspondientes, permitió que funcionarios de ambas instituciones entregaran los cadáveres a representantes diplomáticos de Honduras, con plena certeza de su identidad.
Además: Denuncian trato inhumano a inmigrantes centroamericanos en su paso por México
Ver especial: Niños migrantes en México
Tragedia de migrantes hondureños
Hace tres años, en 2011 tuvo lugar una matanza que conmovió a México y al mundo. En un rancho abandonado del municipio tamaulipeco de San Fernando, Los Zetas asesinaron a 72 migrantes. 58 Hombres y 14 mujeres (una de ellas menor de edad) que se negaron a colaborar con la mafia fueron ametrallados ahí, a pocos kilómetros de la frontera que querían alcanzar para escapar de la miseria.
Las primeras investigaciones señalan que fueron asesinados porque luego de ser secuestrados, no pagaron el dinero que les exigían para dejarlos libres y también se negaron a formar parte del grupo criminal.
Entre los muertos habían 21 hondureños, 14 salvadoreños, 10 guatemaltecos, un ecuatoriano, y 4 brasileños.
Un ciudadano ecuatoriano, quien denunció el hecho ante las autoridades cercanas, había sido reconocido como el único sobreviviente de la matanza, aunque el día 1 de septiembre fue revelada la existencia de otro testigo hondureño, y cuatro días después, otro de nacionalidad salvadoreña, aunque las autoridades mexicanas aseveran que no existe evidencia de que fue testigo de los hechos.