Activistas que regentan un refugio para migrantes en el norte de México denunciaron el martes que al menos una treintena de personas indocumentadas sufrieron tortura a manos de policías municipales en el primer semestre de 2013 en la ciudad mexicana de Saltillo (norte).
El refugio de Casa del Migrante, ubicado en la ciudad de Saltillo, dijo en un comunicado de prensa que al menos dos mujeres, dos niñas, tres niños y 22 hombres fueron torturados durante el primer semestre de 2013 por policías municipales de esa localidad.
Estas tortura y tratos crueles incluyen asfixia, choques eléctricos, violación sexual y violencia psicológica, dijo la organización, que envió un informe a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, al Comité contra la Tortura de la Alta Comisionado de Derechos Humanos de la ONU y a la relatoría para trabajadores migrantes.
La organización solicitó también medidas cautelares para los migrantes que llegan al albergue y para los defensores de derechos humanos que trabajan ahí.
Saltillo (unos 725.000 habitantes) es la capital del estado de Coahuila, azotado desde hace años por las actividades criminales de la delincuencia organizada, en ocasiones con la colusión de autoridades locales.
Uno 140.000 extranjeros ingresan al país de manera ilegal cada año, según la estatal Comisión Nacional de Derechos Humanos, y muchos de ellos son víctimas de robo, extorsión, secuestro, violación y hasta asesinato.
También este martes agentes de migración localizaron a 94 migrantes cuando el trailer en el que viajaban pasó por un puesto de revisión de rayos X en la comunidad de Pochota, en Chiapas (sureste), dijo el instituto de migración en un comunicado.
Entre los indocumentados, que eran trasladados 'en condiciones infrahumanas', están 78 hombres y 16 mujeres, además de que siete eran menores de edad, quienes presentaban severas lesiones en manos y piernas, así como síntomas de asfixia.
Dos de las personas encontradas tuvieron que recibir atención prehospitalaria. Los extranjeros, que presuntamente entraron al país de manera ilegal y viajaban hacia la frontera norte, eran originarios de Nepal (10), Bangladesh (9), Guatemala (45), El Salvador (23) y Honduras (7).
Los migrantes, que eran conducidos por un traficante detenido, pagaron para que los llevaran a la frontera entre 4.000 y 5.000 dólares, en el caso de los centroamericanos, y entre 6.000 y 8.000 dólares los asiáticos, dijo Migración