Desde muy temprana edad los consejos de su madre fueron: estudia y aprende lo más que puedas si es que deseas alcanzar cada una de tus metas, en aquel momento y con tan solo 5 años de edad, Marvin Figueroa soñaba con algún día convertirse en el presidente de Honduras, sueño que aún sigue con vida en la mente de este joven hondureño egresado de las prestigiosas Universidades de Vanderbilt y Harvard y oriundo de la comunidad de Santa Rosa de Aguán, quien desea algún día trasladar sus conocimientos trabajando en la Casa Blanca y el Senado para beneficio de su país.
“Mi historia se empezó a escribir en la comunidad garífuna de Santa Rosa de Aguán en la zona litoral atlántico hondureño, pero debido a la necesidad de mi madre por brindarme una mejor educación emigramos a Nueva York, la vida en el Bronx no fue nada fácil, mi mamá trabajaba muchísimas horas para poder llevar la comida a nuestra mesa, asistí a malas escuelas y hasta en octavo grado aprendí a hablar inglés, al salir de la secundaria me gané una beca para asistir a Vanderbilt una de las mejores universidades del país”, dijo en exclusiva a LA PRENSA Figueroa.
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El impacto cultural luego del traslado de Honduras a Estados Unidos no afectó los ideales de Marvin, sin embargo trajo consigo muchos obstáculos, para los cuales siempre tuvo el apoyo de su madre Evita Cacho, pilar fundamental de su éxito. Figueroa agregó que a pesar de trabajar 12 horas diarias su progenitora siempre tuvo tiempo para cultivar y mantener viva en el la semilla de la educación.
“Habían días en los que hacía creer a mi mamá que yo iba a la escuela, pero ella siempre se enteraba y me regañaba, en cierto momento era tanta la necesidad que yo deseaba trabajar, pero ella no quería que me enamorara del dinero y dejara a un lado mi educación, al ver el sacrificio que ella hacia me enfoque en mis estudios, sacrificándonos en ese momento para poder tener un futuro mejor”, expresó Figueroa.
¿Cómo surge la posibilidad de llevar acabo tus estudios en la universidad de Vanderbilt y Harvard?
Mi educación universitaria la lleve a cabo en la Universidad de Vanderbilt, gracias a un programa de becas que pago por toda mi educación durante los cuatro años de estudió por un costo aproximado de 130,000 mil dólares, allí me gradué en Ciencias Políticas. La necesidad de seguirme preparando me llevo a Harvard, donde curse la carrera de Gestiones Públicas con una especialidad en Educación y Desarrollo Humano.
¿Qué representa para ti el haber egresado de Harvard?
Para mí es un honor, es algo que me llena de orgullo y desde el momento que llegue al campus me di cuenta que no hay muchas personas que puedan vivir esto, me ponía a pensar de dónde vengo, meditaba acerca de quién es mi abuela en Aguán, en las personas que me ayudaron a vivir este sueño, que me colaboraron para lograr tanto teniendo tan poco y deseo que esas personas cuando me vean se sientan orgullosos de mí. Para un niño pobre que vino de Honduras llegar a Harvard y graduarse es una gran cosa.
¿Cuénteme de su experiencia trabajando en la Casa Blanca?
Yo estuve allí en el 2010, como parte de un programa que hice llamado Congressional Hispanic Caucus Institute, Inc. cuando estaban negociando el Dream Act, luchando junto con mi mentora para ver cómo iban a pasar esta reforma, hablando de la estrategia y los pasos a seguir para poder beneficiar a estos niños.
¿Qué tipo de trabajo realiza actualmente desde el Senado de los Estados Unidos?
Yo soy el asesor principal del Senador Mark Warner de Virginia en asuntos de educación, desarrollo del trabajo e inmigración, durante los debates de la Reforma Migratoria estuve con el asesorándolo en cuestiones como fondos a invertir en proyectos, soy el que maneja esa información para él. Organizo visitas del Senador a la comunidad, así mismo hablo con él acerca de la importancia para estudiantes como yo de tener acceso a ayuda financiera disponible y que estos préstamos tengan bajos interés para que después de graduarse estén en posición de pagar los mismos.
¿Dentro de sus planes adonde entra Honduras a futuro?
Desde muy niño mi sueño ha sido ser presidente de Honduras y pasó mis días viendo de qué manera voy hacer un cambio en mi país, mi deseo es volver allá. Me duele cuando dicen que en Honduras no hay nada más que maras, que en Honduras hay demasiada violencia, que predomina la corrupción, que no existe el respeto por la vida, que los jóvenes no pueden cumplir sus sueños y aunque sea verdad me provoca mucho dolor ya que ese es mi país, nadie habla cosas positivas y eso me entristece.
Recientemente viaje a Honduras y en los sitios donde vive mi familia viven rodeados por la Mara Salvatrucha, muchos de sus miembros son niños pequeños y eso me molesta, por eso me pregunto cómo puedo como ciudadano hondureño ayudar a cambiar esto, porque veo que en nuestro país se eligen y se eligen diferentes políticos y nada cambia, hemos llegado a un punto donde la gente ya perdió la fe.
¿Por qué no llevar acabo su sueño de niño y buscar la presidencia e impulsar un cambio?
Yo no he abandonado mi sueño, eso es algo que voy hacer, cada día que pasa lo pienso más y más, sobre todo al ver las situaciones tan difíciles por las que pasa mi gente, ahora mismo estoy preparándome y enterándome cual es el proceso a seguir, quiero saber cómo debo de actuar cuando ingrese al “ring” y poder realizar un buen trabajo y ayudar a los que más necesiten.
Por su experiencia como un político hondureño en los Estados Unidos ¿Cuál considera usted es la principal razón para esta corrupción que se vive en Honduras?
La razón es que las instituciones civiles en Honduras son muy débiles, no existe una infraestructura económica para poder desarrollar el país, también la ola de violencia que azota el país liderada por el narcotráfico ha corrompido a la policía, entonces un presidente que toma las riendas del país por 4 años no sabe por dónde comenzar y a veces nunca comienzan, al ver que estas instituciones son tan débiles eligen el camino más fácil que es enriquecerse y más sabiendo que la policía es corrupta también.