Washington, Estados Unidos.
El Gobierno estadounidense urgió hoy a los padres centroamericanos a no enviar a esta nación a sus hijos solos o a través de redes de tráfico de personas,por el peligro que supone y porque no obtendrán ningún beneficio migratorio en el país.
'Pediría que ningún padre enviara a sus hijos por este proceso', dijo en una rueda de prensa el secretario de Seguridad Nacional (DHS), Jeh Johnson, ante la alarma desatada por el aumento de la cifra de niños inmigrantes que llegan solos al país norteamericano, en su mayoría procedentes de Honduras, El Salvador y Guatemala.
El funcionario señaló que en el año fiscal 2013, que concluyó en septiembre pasado, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) registró unos 24.000 niños que cruzaron la frontera sin compañía, y para mayo de este ejercicio el número se había incrementado hasta los 47.000, sobre todo en la zona de Río Grande (Texas).
Johnson subrayó que la orden ejecutiva que firmó el presidente Barack Obama en 2012 para detener temporalmente las deportaciones de jóvenes indocumentados que fueron traídos al país siendo menores de edad y cumplieran ciertos requisitos, no afectará a los niños que entren ahora.
En cuanto a la reforma migratoria en la que está trabajando el Congreso, que ya fue aprobada en el Senado y está estancada en la Cámara de Representantes, recordó que de entrar en vigor afectará a aquellos que residían en el país antes del 31 de diciembre de 2011.
'Los que cruzan las fronteras hoy no van a ganar un camino para la ciudadanía', aseguró.
Desde su departamento señaló que están trabajando en coordinación con otras agencias para atender esta situación en un 'ambiente seguro' que represente el 'mejor interés' de los menores y cumpliendo con los requisitos de la ley.
Los menores cuando llegan son identificados y pasan un control sanitario inicial, antes de ser trasladados a un complejo en el que trabajan diferentes agencias, donde el Departamento de Salud provee atención médica y son asignados a un refugio, en el que permanecen hasta que son reclamados por un familiar o un tutor autorizado tras estudiarse cada caso en un proceso migratorio para ver si procede.
El secretario eludió contestar preguntas concretas como qué sucedería si un menor que está en uno de estos centros ya en territorio estadounidense es reclamado por un progenitor indocumentado.
'La ley requiere que actuemos según el mejor interés del niño' y señaló que esto 'a menudo puede ser reunir a esos niños con sus parientes en Estados Unidos'.
El secretario pidió ayuda al Congreso para que autorice los recursos suficientes que permitan a las agencias enfrentar la 'situación humanitaria' de estos niños.
Johnson señaló que ha estado en contacto con los embajadores y otros funcionarios de Guatemala, El Salvador, Honduras y México para hablar sobre la seguridad en la frontera y la posibilidad de 'rápidas repatriaciones'.
'Mi mensaje es, a aquellos que tienen un niño en Centroamérica, que la inmigración ilegal no es segura', subrayó el secretario, que dijo que prevé viajar a Guatemala en julio.
Johnson asistió junto con el comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), Gil Kerlikowske; el subsecretario de la Administración para Niños y Familias del Departamento de Salud (HHS), Mark Greenberg, y el director de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), Craig Fugate.
El Gobierno estadounidense urgió hoy a los padres centroamericanos a no enviar a esta nación a sus hijos solos o a través de redes de tráfico de personas,por el peligro que supone y porque no obtendrán ningún beneficio migratorio en el país.
'Pediría que ningún padre enviara a sus hijos por este proceso', dijo en una rueda de prensa el secretario de Seguridad Nacional (DHS), Jeh Johnson, ante la alarma desatada por el aumento de la cifra de niños inmigrantes que llegan solos al país norteamericano, en su mayoría procedentes de Honduras, El Salvador y Guatemala.
El funcionario señaló que en el año fiscal 2013, que concluyó en septiembre pasado, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) registró unos 24.000 niños que cruzaron la frontera sin compañía, y para mayo de este ejercicio el número se había incrementado hasta los 47.000, sobre todo en la zona de Río Grande (Texas).
Johnson subrayó que la orden ejecutiva que firmó el presidente Barack Obama en 2012 para detener temporalmente las deportaciones de jóvenes indocumentados que fueron traídos al país siendo menores de edad y cumplieran ciertos requisitos, no afectará a los niños que entren ahora.
En cuanto a la reforma migratoria en la que está trabajando el Congreso, que ya fue aprobada en el Senado y está estancada en la Cámara de Representantes, recordó que de entrar en vigor afectará a aquellos que residían en el país antes del 31 de diciembre de 2011.
'Los que cruzan las fronteras hoy no van a ganar un camino para la ciudadanía', aseguró.
Desde su departamento señaló que están trabajando en coordinación con otras agencias para atender esta situación en un 'ambiente seguro' que represente el 'mejor interés' de los menores y cumpliendo con los requisitos de la ley.
Los menores cuando llegan son identificados y pasan un control sanitario inicial, antes de ser trasladados a un complejo en el que trabajan diferentes agencias, donde el Departamento de Salud provee atención médica y son asignados a un refugio, en el que permanecen hasta que son reclamados por un familiar o un tutor autorizado tras estudiarse cada caso en un proceso migratorio para ver si procede.
El secretario eludió contestar preguntas concretas como qué sucedería si un menor que está en uno de estos centros ya en territorio estadounidense es reclamado por un progenitor indocumentado.
'La ley requiere que actuemos según el mejor interés del niño' y señaló que esto 'a menudo puede ser reunir a esos niños con sus parientes en Estados Unidos'.
El secretario pidió ayuda al Congreso para que autorice los recursos suficientes que permitan a las agencias enfrentar la 'situación humanitaria' de estos niños.
Johnson señaló que ha estado en contacto con los embajadores y otros funcionarios de Guatemala, El Salvador, Honduras y México para hablar sobre la seguridad en la frontera y la posibilidad de 'rápidas repatriaciones'.
'Mi mensaje es, a aquellos que tienen un niño en Centroamérica, que la inmigración ilegal no es segura', subrayó el secretario, que dijo que prevé viajar a Guatemala en julio.
Johnson asistió junto con el comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), Gil Kerlikowske; el subsecretario de la Administración para Niños y Familias del Departamento de Salud (HHS), Mark Greenberg, y el director de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), Craig Fugate.