“Estamos hartos. Lo denunciamos a cada rato y se tardan mucho tiempo en resolver. Cuando lo arreglan solo dura un poco de tiempo porque los carros pasan a gran velocidad”, denunció Rubén Martínez, vecino del barrio Guamilito.
Él, su familia y vecinos aseguran que sufren a diario por el estruendo producido por los golpes de las llantas que impactan con el hierro de los quiebrapatas que hay frente a su casa entre la 6 calle y la línea del ferrocarril en San Pedro Sula.
Más de cuatro quiebrapatas se encuentran en mal estado en la ciudad y a diario las personas que viven cerca de ellos y los conductores que deben transitar hacen el llamado a las autoridades municipales para que lo solucionen.
LA PRENSA realizó un recorrido para constatar el estado y solamente se ha reparado uno de los cinco más denunciados.
Por tres semanas la alcantarilla en la 7 calle en la colonia Modelo imposibilitó la vialidad en ese sector, pero la alcaldía logró resolver el problema.
Aunque estas trampas siguen generando peligro en zonas como la 12 calle, 5 avenida de Barandillas y la 14 calle suroeste del sector Altamira.
El hierro ya está desprendido del cemento y en cualquier momento puede generar un accidente para transportistas y personas que caminen sin precaución por esas zonas.
“Debemos tomar otras calles por estos quiebrapatas y eso retrasa nuestros roles y además perjudica la vialidad”, dijo Néstor López, transportista de la Ruta 7.